El cardenal y prefecto del Dicasterio para el Clero, Lazzaro You Heung-sik, precisó que «un sacerdote debe recordar siempre que es tal en cuanto hay sacerdocio universal y no viceversa», en una reciente entrevista con ‘L’Osservatore Romano’, al hablar de la figura del presbítero. Además, se refirió también a la centralidad de la Palabra y la importancia que tiene la oración y la vida comunitaria en el sacerdote.
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Precisó que «si el paradigma común a todos es la declinación de la ley del Amor, hay ciertas prácticas que deberían —y a menudo son— comunes en todas las partes del mundo». «Pienso, en primer lugar, en la centralidad de la Palabra. No sólo porque la Palabra abre el corazón, sino porque si no se pone la Palabra en el centro, prevalece la cultura, se queda uno absorbido por las culturas de referencia. Y luego la oración. El sacerdote que no reza constantemente acaba marchitándose… Y por último, la vida comunitaria. Un sacerdote que vive en soledad, o que la anhela, no está bien formado», consideró.
«Soy muy consciente de que la vida comunitaria es a menudo difícil, llena de obstáculos y de incomprensiones mutuas. Pero son precisamente estas dificultades las que forjan el carácter de un buen sacerdote, en el sentido de la capacidad de acoger, de ser paciente, de ser humilde, de ser abierto y comprensivo con las múltiples alteridades que ofrece el mundo. La vida comunitaria debe entonces estar abierta al mundo. El sacerdote debe tener un buen e intenso contacto con los laicos, con las familias. Para no perder la dimensión de lo real», destacó el purpurado.
You explicó que «en una religión, como la nuestra, que se basa en la ‘mediación’ del Dios-Hombre, la figura del sacerdote es analógicamente la de un ministro mediador entre el cielo y la tierra». «De aquel cuya tarea es abrir puertas. Es lo que nos dice Jesús: por ellos me consagro, para que sean consagrados para los demás. Por otra parte, el ministerio del sacerdote se sustenta en una Iglesia laical fuerte: el sacerdote debe recordar siempre que el sacerdocio ministerial existe en la medida en que existe el sacerdocio universal; y no al revés», ratificó.
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