El cardenal y patriarca de los Caldeos, Louis Raphael Sako, denuncia que la «herencia islámica» en Irak convierte a los cristianos en «ciudadanos de segunda clase» y es por ello que tolera la usurpación de sus bienes, en su discurso de apertura del Sínodo de la Iglesia caldea, que se realiza en Bagdad del domingo 21 al sábado 27 de agosto, en el que hubo un nuevo grito de alarma sobre el futuro de la comunidad cristiana en el país de Oriente Próximo son un componente original.
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El purpurado consideró que los cristianos irakíes, y también los de otras naciones de Oriente Próximo, se encaminan a la «desaparición» si no se produce un «cambio» en la forma de pensar y en las políticas gubernamentales, sociales y económicas. «La herencia islámica convierte a los cristianos en ciudadanos de segunda clase y permite la usurpación de sus bienes», denuncia el cardenal Sako, quien solicitó reescribir las normas básicas de convivencia, al empezar por la Constitución, según los principios e ideales afirmados por el Papa Francisco en Irak en marzo de 2021.
«En estos tiempos difíciles, nuestra misión es colaborar con nuestros compatriotas para crear un entorno favorable para vivir en el respeto a la diversidad, el derecho a la ciudadanía plena, como afirmó Francisco en sus discursos durante su visita a nuestro país. Tenemos que ayudar a nuestro pueblo a abrirse a la esperanza y armarse de fe, para enfrentar los desafíos con el mismo coraje de Cristo», aseveró. El patriarca abordó otros temas esenciales en el Sínodo como la responsabilidad eclesial; la fuerza de la Iglesia, que consiste en el servicio; el acompañamiento con espíritu paternal; las vocaciones sacerdotales y monásticas, masculinas y femeninas; la liturgia.
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