El cardenal y arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, preside Misa exequial por el arzobispo emérito de Tucumán, Alfredo Zecca, fallecido a los 73 años por afecciones en su salud, celebrada el lunes 7 de noviembre en la catedral metropolitana. Zecca había presentado su renuncia en había presentado por motivos de salud, la que fue aceptada por el Papa Francisco en junio de 2017. El purpurado estuvo acompañado por el cardenal y arzobispo emérito de Tucumán, Luis Villalba; el actual arzobispo de Tucumán, Carlos Sánchez; el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Oscar Ojea, entre otros 25 prelados y alrededor de 60 sacerdotes.
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El obispo de Nueve de Julio, Ariel Torrado, quien estuvo a cargo de la homilía, recordó que «en medio de esta sensación tan humana y cristiana, porque nuestra concepción de la muerte nada tiene que ver con una histórica resignación, hemos venido a renovar nuestra esperanza en esta Eucaristía y encomendar a nuestro querido hermano y amigo, el arzobispo Alfredo Horacio Zecca». Exhortó a recordar al prelado fallecido desde 3 aspectos, es decir, como creyente, como maestro y como pastor. «Su intelecto preclaro, su historia académica y los cargos pastorales que tuvo que llevar adelante no cambiaron en nada ese niño creyente de piedad simple y llana», aseguró, al indicar que «jamás quiso pasar ni adoptó la pose de un gran académico o de alto prelado». «Quienes lo conocimos de cerca sabemos muy bien que vivió con genuina y auténtica vocación su dimensión académica. Cómo no recordar la claridad, contundencia, sencillez y convicción con la que trasmitía el saber de sus clases. Zecca tuvo clara y sentida conciencia de su llamado al sacerdocio. Fue sacerdote de todo corazón. Su personalidad y destinos ministeriales no caben, claro está, en el estereotipo de cura de parroquia», sostuvo.
«Su dimensión tan clara de que Dios lo llamaba a vivir su ámbito ministerial en la academia y la cultura. Zecca tuvo la capacidad de conformar un verdadero equipo sacerdotal de formadores en el seminario de Buenos Aires. Igualmente, en su iglesia arquidiocesana de Tucumán, el seminario y la formación permanente fueron motivos de dedicación y desvelo», enfatizó Torrado, en la Misa exequial que preside el cardenal Poli. Estuvieron presentes el director nacional de Culto Católico, Luis Saguier Fonrouge, junto con el rector de la Universidad Católica Argentina (UCA), Miguel Ángel Schiavone, casa de altos estudios de la que Zecca fue rector. Además, asistió el secretario académico de la Universidad, Gabriel Limodio, varios decanos y profesores de la Universidad. Una gran cantidad de fieles, muchos de ellos alumnos de Zecca, colmaron la catedral para darle su último adiós. Al final de la Misa, Antonio Marino, obispo emérito de Mar del Plata, tuvo a su cargo el responso final y posteriormente los restos de Zecca fueron trasladados en procesión hasta la cripta de la catedral metropolitana, donde quedarán hasta que sean trasladados a la catedral de Tucumán, para su sepultura definitiva.
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