El cardenal y arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, manifestó su deseo de «desagraviar tal infamia montada sobre denuncias calumniosas», en una carta que envió a sacerdotes, consagrados y laicos porteños para reparar el daño a miembros de la arquidiócesis de Buenos Aires, cuya buena fama fue puesta bajo sospecha a raíz de recientes publicaciones periodísticas en medios nacionales, tras la visita de una comitiva vaticana. La arquidiócesis de Buenos Aires precisó que en «ningún caso se detectaron delitos o negociados», al referirse al caso en un comunicado del 3 de mayo pasado.
Colabore con Verdad en Libertad
«Con ocasión de haberse dado a conocer públicamente una carta privada de la Congregación para el Clero dirigida a mi persona —acerca de lo cual no hace falta entrar en detalles— quiero compartirles mi dolor. Sucede que su divulgación en medios nacionales sembró la sospecha sobre la buena fama de miembros del presbiterio y del episcopado de esta Iglesia particular: los presbíteros Julio Horacio Miranda —rector del Seminario—, Martín Santiago Bracht —párroco de San Benito—, Rodrigo Valdez —párroco de Nuestra Señora del Socorro—, Javier Alejandro Klajner —párroco de Sta. Magdalena Sofía Barat—, y monseñor Enrique Eguía Seguí —vicario general de la arquidiócesis—», afirmó cardenal Poli, que reiteró que es su «más vivo deseo desagraviar tal infamia, montada sobre denuncias subjetivas y calumniosas, muy lejos del espíritu evangélico que debiera reinar entre los cristianos».
A raíz de la divulgación en medios nacionales de la sospecha sobre la buena fama de miembros del presbiterio y del episcopado de la arquidiócesis de Buenos Aires, el Card. Poli envió una misiva a sacerdotes, consagrados y laicos porteños
Leer carta 👇https://t.co/yxXI1h3KiV pic.twitter.com/1CFrYbK5Oq
— Arzobispado de Buenos Aires (@arzbaires) May 17, 2022
Explicó que dirige estas palabras con «el convencimiento de que se trata de personas íntegras, entregadas cada una de ellas a su tarea pastoral en el lugar donde la Iglesia los destinó a servir, y me consta que, en la sobreabundancia de su generosidad, han prestado no pocos servicios a esta Curia metropolitana desde hace muchos años». «Ellos cuentan con mi total confianza, como todos los buenos pastores que en el anonimato de sus responsabilidades, se gastan y desgastan por llevar el Evangelio y celebrar los sacramentos, y así hacer presente la Iglesia de Jesús entre los porteños», aseguró el purpurado.
Puede interesarle: Clero porteño a cardenal Poli: «Somos testigos de tu austeridad de vida».