El cardenal y Penitenciario Mayor, Mauro Piacenza, exhorta a los confesores a «enfatizar aún más esos aspectos de la sanación» del sacramento de la Reconciliación, tras destacar la urgencia de su trabajo por la humanidad, en su mensaje para la Navidad de 2021. «En el tiempo de Adviento, todo confesor está llamado a mirar y, con gracia sobrenatural, de cierta manera a identificarse con Juan el Bautista, repitiendo al mundo: He aquí el Cordero de Dios», precisa el purpurado.
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«El confesor, con el ejercicio humilde y fiel de su ministerio, muestra al mundo que el Señor está presente: está presente como abrazo misericordioso, como amor y justicia, como verdad y gracia, como consuelo y ternura. En la desorientación de nuestro tiempo, que genera soledad existencial que a veces es dramática, se hace urgente y necesario mostrar, con luminosa claridad, la presencia del Señor en el mundo junto a los hombres, la presencia del Señor como único Salvador», asegura. Piacenza indica que el prolongado período de la pandemia de COVID-19 significa que aún más confesores tendrán que ejercer «el ministerio de la consolación», en sí mismo otro nombre de la misericordia, tras reiterar que deben estar disponibles para la Confesión.
Enfatiza que «el estar presentes y disponibles animará a los fieles que quieran acercarse a la Reconciliación o que, al vernos, reciban de nosotros alguna intuición sobrenatural». «¡Alguien actúa y se convierte solo por una presencia, nunca por una ausencia!», recuerda el cardenal Piacenza, quien exhorta a «enfatizar los aspectos de sanación» del sacramento de la Reconciliación. «El confesor debe ayudar a revelar la presencia del Cordero de Dios en el mundo. El confesor-sacerdote, a través del sacramento del Orden Sagrado, también está llamado a identificarse con esta presencia. Mediante el poder de Jesucristo para perdonar los pecados, cada confesor extiende la misión misma de Jesús… ¿Qué misión te imaginas que sea más necesaria y urgente para la humanidad? Si la maldad del mundo está siempre de cierta manera ligada al pecado, ¿qué se puede hacer que sea más útil y necesario que ‘librarse del mal’ hecho, a través del ministerio de la Reconciliación?», pregunta.
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