Cardenal Müller: «Ni científica ni filosóficamente se puede degradar al ser humano»

El prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, aseveró que las leyes abortistas son un crimen contra la humanidad, al recordar que «desde un punto de vista puramente biológico, hablar del ser humano por nacer en el útero como un montón de células es una tontería que contradice todos los estándares científicos».

Cardenal Müller: «Ni científica ni filosóficamente
Foto: YouTube Christendom College.

El cardenal y prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, reiteró que «ni científica ni filosóficamente se puede degradar al ser humano», en una reciente entrevista con Lothar Rilinger para ‘Kath.net’ en la que destacó los motivos por los que tanto un católico como cualquier persona que use correctamente la razón natural están en contra del aborto. Aseveró que las leyes abortistas son un crimen contra la humanidad, al recordar que «desde un punto de vista puramente biológico, hablar del ser humano por nacer en el útero como un montón de células es una tontería que contradice todos los estándares científicos».

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Aseguró que «los ateos creen poder deducir de su cosmovisión materialista que la ‘élite’ de los poderosos y ricos está facultada para evaluar el derecho a la vida del resto de la humanidad según sus criterios de estatus, clase, raza, condición económica y utilidad». «El hombre en el útero no es una cosa. Porque una cosa nunca puede convertirse en una persona. Ni científica ni filosóficamente se puede degradar al ser humano genética y ontológicamente idéntico en todas sus fases de desarrollo a un objeto sobre el cual un ser de su propia especie baja o levanta el pulgar selectivamente para otorgarle la vida o abandonarlo a la aniquilación», argumentó.

Müller explicó que leyes de este tipo no son más que «crímenes contra los hombres y la humanidad» formalmente disfrazados jurídicamente. «Socavan el consenso de nuestra sociedad en el que se basa nuestra democracia. Después de las terribles experiencias de las ideologías inhumanas del Nacional Socialismo y el Comunismo en la Unión Soviética y la China Roja, los padres y madres de la Ley Básica de la República Federal de Alemania basaron nuestra constitución en esta verdad fundamental: La dignidad humana es inviolable. Y la tarea de toda autoridad estatal es protegerlos y preservarlos», afirmó el purpurado.

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