El cardenal y prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, aseveró que «lo que persigue el Camino Sinodal Alemán es lo contrario de la reforma», tras referirse a la situación de la Iglesia en Alemania, tras el reciente comunicado de la Santa Sede al respecto. La Oficina de Prensa de la Santa Sede difundió el texto en el que afirmó que el Camino Sinodal de Alemania «no tiene la facultad de obligar a los obispos y a los fieles a adoptar nuevas formas de gobierno y nuevos enfoques de la doctrina y la moral».
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Suscríbase al boletín de VenLEl purpurado precisó que «la afirmación del Foro IV —ndr:del sínodo alemán— de que toda la conducta moral de la vida, especialmente en lo que respecta a la sexualidad, ya no debe estar determinada por la Palabra de Dios, sino por la ideología LGBT actualmente imperante, es el adiós abierto al cristianismo». El cardenal Muller reiteró que «ya en el Decálogo, los mandamientos 6º y 9º señalan la conexión entre la relación con Dios y el sentido de la sexualidad exclusivamente relacionado con el matrimonio» y afirmó que «lo que persigue el Camino Sinodal Alemán es lo contrario de la reforma, es decir, la renovación de nuestra mente y comportamiento en el espíritu de Cristo (Rom 12, 1s)».
Explicó que «se trata de una recaída en la antigua inmoralidad de los paganos que, por su rechazo a Dios, están entregados a pasiones deshonrosas» (Rm 1,26), aunque Dios haya escrito la ley moral natural en sus corazones y conciencias (Rm 2,25)». «Tarde, pero quizá no demasiado, ‘Roma’ ha reaccionado ante las maquinaciones anticatólicas de la Herejía Sinodal Alemana (DSH), que se oponen diametralmente a la enseñanza católica sobre la revelación y la ‘obediencia de la fe’ (Vaticano II, Dei verbum 1-10), sobre la constitución jerárquico-sacramental de la Iglesia (Lumen gentium 18-29) y sobre la ‘dignidad del matrimonio y la familia’ (Gaudium et spes 46- 52)», consideró.
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