El cardenal y arzobispo de Bangui, en República Centroafricana, Dieudonné Nzapalainga, aseguró que «nuestros refugiados internos y externos están regresando». Según las últimas estimaciones, hay unos 500.000 desplazados internos, además de muchos otros que abandonaron el país durante la guerra. República Centroáfrica se convirtió en los últimos meses en un lugar de desembarco desesperado para muchos desplazados que huyen de la terrible guerra en Sudán. Unos 30.000 refugiados sudaneses entraron en África Central, según el Centro Africano de Estudios Estratégicos.
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«Nuestros refugiados internos y externos están regresando, pero el problema es que encuentran sus casas destruidas u ocupadas por otros. La plataforma de líderes religiosos está trabajando arduamente en esta emergencia, y pidió a los ocupantes que dejen las casas a sus legítimos propietarios. Es un problema muy grave que crea dolor y tensión», afirmó el purpurado. «La guerra en Sudán es una verdadera emergencia que crea problemas en toda la zona. Están llegando muchos, pero nos resulta muy complicado llegar hasta ellos porque están asentados en zonas remotas a las que es casi imposible acceder», indicó.
Lamentó que solamente recibieron «unos pocos aviones y la ayuda que llega a los sudaneses es muy escasa». «La comunidad eclesial de Birao, en el norte del país y en la frontera entre Sudán y Chad, trabaja a través de Caritas. También está el trabajo diario que hacemos a través de la Iglesia local para instar a todos a que ayuden como puedan. Además, está la acción que la Iglesia lleva a cabo pidiendo apoyo en el extranjero para la dramática situación, llamando a los cristianos de todo el mundo a ‘compartir y enviar ayuda’», ratificó Nzapalainga.
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