‘INFORME DE LIBERTAD RELIGIOSA EN EL MUNDO 2021’: BRUNÉI.

Por Jennifer Almendras.

Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva

El ‘Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2021’ (ILR) afirmó que Brunéi, que está situado en Borneo, isla que comparte con Malasia e Indonesia, promulgó en 1959 su Constitución actual que se revisó en 2006. Precisó que según el artículo 2 (§ 1), la religión oficial es el islam «según la escuela shafií, de la ahl al suna wal yamaa», una de las 4 escuelas o interpretaciones principales de jurisprudencia islámica. «El artículo 3 otorga una cierta medida de protección a la libertad religiosa en el momento en que declara que ‘las personas que profesan el resto de las religiones pueden practicarlas en paz y armonía’», precisó.

«El gobierno de Brunéi es una monarquía absoluta que promueve la filosofía nacional de melayu islam beraja, o monarquía islámica malaya a través de un organismo llamado Consejo Supremo, que tiene el mandato de impulsar la filosofía nacional y promover la práctica del islam. Los tribunales civiles de Brunéi y los de sharía funcionan en paralelo. También aplican el nuevo Código Penal Syariah —sharía—. El Gobierno promulgó la primera fase de este código nuevo en 2014, a la que siguieron las fases segunda y tercera en abril de 2019. La sharía se aplica tanto a los musulmanes como a los no musulmanes. Ningún ciudadano de Brunéi ni visitante extranjero pueden mostrar conductas consideradas no islámicas, sea o no musulmán, y todos están sujetos a sanciones penales», alertó el ILR.

Enfatizó que «desde 2014 están prohibidas las celebraciones públicas de la Navidad, entre las que se incluyen la colocación de adornos y cantar villancicos, dado que podrían perturbar ‘la aqida —las creencias— de la comunidad musulmana’; igualmente, el gobierno ha endurecido desde 2015 las restricciones a la celebración de las festividades religiosas chinas propias de cada estación». «Todos los grupos religiosos deben registrarse ante las autoridades. Esto implica proporcionar información detallada sobre su organización, nombres de los miembros y sus actividades. El registro es necesario pero el registrador tiene facultades discrecionales y puede negar dicho registro. Carecer de él puede conducir a acusaciones de reunión ilegal, lo que conlleva una sanción. La pertenencia a una organización no registrada se castiga conforme al derecho penal, con condenas de prisión de hasta tres años. Cualquier reunión pública de cinco o más personas, incluyendo las que tienen fines de culto, precisa de una licencia oficial. Las reuniones religiosas en grupo se tratan como si fueran privadas», aseguró.

«En Brunéi solo hay un puñado de iglesias, además de unos cuantos templos budistas o taoístas y dos hindúes. Aunque en principio se pueden reparar las infraestructuras de las iglesias y los colegios privados gestionados por Iglesias, en la práctica se dice que el proceso de aprobación es largo, complejo y está sometido a retrasos. Hay una fetua en la que se indica a los musulmanes que no ayuden a que los no musulmanes conserven su fe, otro motivo más para que aquellos se abstengan de trabajar en locales no musulmanes. El gobierno ha prohibido una serie de religiones. Entre ellas, cabe mencionar la forma ahmadí del islam, al arqam —rama del islam con sede en Malasia—, la fe bahaí y los Testigos de Jehová. Las prohibiciones están incluidas en unas fetuas elaboradas por el muftí estatal o por el Consejo Religioso Islámico», explicó, tras sostener que «en la actualidad, los musulmanes que quieren renunciar a su fe pueden hacerlo, pero tienen que notificárselo al Consejo Religioso Islámico». «El Ministerio de Educación reconoce a los colegios privados gestionados por las Iglesias en los que se aceptan alumnos de cualquier religión. Sin embargo, ni siquiera a estos colegios privados gestionados por Iglesias se les permite ofrecer formación religiosa cristiana», indicó el informe.

Incidentes y acontecimientos

El ILR afirmó que «el Código Penal Syariah pone en peligro la libertad religiosa y otros derechos fundamentales de múltiples maneras». «Por ejemplo, prohíbe difamar al profeta Mahoma, delito castigado con la pena de muerte tanto para musulmanes como para no musulmanes. Este código tipifica como delito la apostasía, castiga cualquier forma de ‘suministrar o entregar publicaciones relacionadas con una religión que no sea el islam’, y prohíbe el uso de términos islámicos para expresar cualquier ‘hecho, creencia, idea, concepto, acto, actividad [o] asunto’ relacionado con las religiones no musulmanas. Entre las sanciones para una serie de delitos se incluye la muerte por lapidación —para la blasfemia, la apostasía y el adulterio— y la flagelación —para los musulmanes que consuman alcohol—. Esto ha provocado la indignación mundial», advirtió.

Futuro de la libertad religiosa

«La plena aplicación del Código Penal Syariah amenaza con reforzar un clima social y político ya hostil hacia la libertad religiosa. Dado que tanto los musulmanes como los no musulmanes sufren una enorme presión para ajustarse a las normas islámicas —en particular, los cristianos que refieren discriminación en el lugar de trabajo y hostilidad ocasional en las redes sociales—, es probable que el Código Penal Syariah cree un clima aún más represivo en parte a través de la autocensura, incluso aunque sus disposiciones no se llegasen a aplicar oficialmente. Por tanto, las perspectivas para la libertad religiosa en Brunéi son malas», precisó el informe.

‘INFORME DE LIBERTAD RELIGIOSA EN EL MUNDO 2021’: BRUNÉI.

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