El arzobispo de Mercedes-Luján, Jorge Eduardo Scheinig, confirmó que el arzobispo emérito, Agustín Radrizzani falleció por COVID-19 el miércoles 2 de septiembre, en un comunicado publicado en el sitio de la jurisdicción eclesiástica. Ese mismo día, Scheinig presidió una Misa por el eterno descanso de Radrizzani, en la que exhortó a rezar por el prelado fallecido que fue «un hombre fiel al Señor y a su Iglesia, a Dios y a su pueblo». Además, Francisco envió un mensaje con su pésame, a través del cardenal Pietro Parolin.
«Desde el Hospital de Junín me han informado que monseñor Agustín Radrizzani dio positivo de coronavirus. Les pido por favor que recemos mucho por el Hogar San José de las hermanas de los Ancianos Desamparados de Santa Teresa de Jesús de Jornet y también por la mamá Marina», pidió Scheinig, en el texto que precisó que Radrizzani falleció por COVID-19. Horas antes de confirmar en un comunicado el resultado de la prueba, Scheinig celebró una Eucaristía por el eterno descanso de Radrizzani. «Hoy celebramos la pascua de un hombre que estuvo en la escuela apostólica de Jesús mucho tiempo. Agustín fue un hombre que de chico entendió que su vida era una vida para Jesús, en ese Bernal, en su barrio lleno de vida salesiana, su papá, su mamá, su hermana religiosa salesiana. En el 2022, Agustín hubiera cumplido 50 años de sacerdote, pero estaba teniendo 29 años de obispo. Es mucho tiempo en la escuela de Jesús, en la escuela apostólica, donde sin dudas fue aprendiendo a entregar la vida, porque en definitiva este es el aprendizaje más importante que el Señor nos invita a hacer cuando nos llama», reflexionó durante la homilía, en la que indicó que dos cosas lo impactaron de la vida de Agustín. «Me ha impresionado su sensibilidad. Nosotros, los que compartimos con él y esto nos lo hemos contado algunas veces, nos impactaba una sensibilidad que muchas veces lo llevaba a conmoverse hasta las lágrimas. Agustín era un hombre cercano. Una sensibilidad exquisita que lo hacía entender, comprender la vida del otro y acercarse. Y por eso podía ser padre y hermano. Esa capacidad de lo humano seguramente aprendida en sus años jóvenes de Don Bosco, Agustín un salesiano de pura cepa, le hacía tener esa delicadeza con lo humano», aseguró el prelado.
Sostuvo que lo segundo que lo impacto de Radrizzani fue «su pobreza, su austeridad de vida». «Muy austero, yo conviví con él un par de años, un hombre de mucha austeridad, mucha pobreza. En la vida cotidiana, nada opulento, siempre en lo sencillo, oculto. Y esto lo hacía muy humilde. A mí me ha impactado la sensibilidad de Agustín y su pobreza y son dos rasgos muy lindos de un pastor, de un hombre que fue aprendiendo en la escuela apostólica de Jesús y por eso no dudo de que celebramos su Pascua. Una muerte muy austera, de esas que hoy estamos viviendo y que lo hace muy solidario a este tiempo», reflexionó. «Hoy a esta hora todavía no sabemos si Agustín tenía el virus, aún no nos han dado los resultados de los análisis, (a las 22 se confirmó que efectivamente sí lo tenía) pero más allá de eso fue rápida su internación, fue rápido su deceso. Agustín fue un hombre que vivió y murió con capacidad de entregarse y ser solidario», enfatizó. «Los invito a rezar por Agustín, dando gracias por su entrega muy generosa, toda su vida entregada, hombre fiel al Señor y a su Iglesia, a Dios y a su pueblo. Demos gracias por Él, por su testimonio, por todo el bien que nos hizo a cada uno de nosotros. Los invito a hacer memoria de todo lo vivido con este pastor y a darle gracias a Dios», destacó.
El obispo de Quilmes compartió un video realizado por Radrizzani por las fiestas patronales de Bernal, el 29 de agosto pasado.
El Papa envió un mensaje a la jurisdicción eclesiástica con su pésame por el fallecimiento de Radrizzani, a través del cardenal y secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin. «El Santo Padre desea hacer llegar su profundo pésame a todos los miembros de esa iglesia particular y a sus hermanos de congregación, como también, de modo particular, a su querida madre, a sus familiares y conocidos del difunto. Asimismo, el Papa Francisco, a la vez que ofrece sufragios por el eterno descanso de este abnegado pastor, lo encomienda a la materna intercesión de Nuestra Señora de Luján», indicó Parolin. Radrizzani es el primer prelado de Argentina en fallecer por la enfermedad y el tercero en contraer el virus. El obispo de Mar del Plata, Gabriel Mestre, fue el primer prelado que dio positivo de COVID-19 y posteriormente se recuperó. Actualmente, el obispo emérito de Avellaneda-Lanús, Rubén Oscar Frassia, se encuentra internado por contraer la enfermedad. Frassia «se encuentra bien de ánimo y físicamente» y «evoluciona favorablemente», tal como indicó la diócesis en una publicación en su cuenta de Facebook el 2 de septiembre.