El arzobispo de Vancouver, John Michael Miller, aseguró que «los canadienses quieren que se mejore la atención a las enfermedades mentales, no a la muerte», tras celebrar el martes 30 de enero la decisión de las autoridades federales de suspender la aplicación de la muerte asistida para las personas que sufren enfermedades mentales.
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Lamentó que el Ejecutivo de Justin Trudeau pretenda aprobar tal práctica en una fecha posterior, tras repudiar la indicación del ministro de Sanidad, Mark Holland, que piensa seguir adelante, al sostener que el gobierno ya retrasó la medida el año pasado para disponer de más tiempo para prepararla. «Ahora, está admitiendo que todavía no hubo suficiente preparación», indicó el prelado.
«Nunca habrá suficiente preparación para acabar con la vida de las personas que sufren enfermedades mentales, y los canadienses dijeron en repetidas ocasiones que quieren que se mejore la atención a las enfermedades mentales, no a la muerte», aseveró. Una encuesta de 2023 del Instituto Angus Reid y Cardus reveló que el 82% afirmaba que cualquier ampliación debería estar condicionada a la mejora de la atención a la salud mental.
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