El arzobispo de Seúl y administrador apostólico de Pyongyang, Peter Chung, implora por «plena reconciliación» del pueblo coreano, en su reciente mensaje con motivo de la solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María, que se celebró el lunes 15 de agosto. En la fiesta de la Asunción, la nación coreana también recuerda y celebra el día de la Liberación, es decir, cuando Corea fue liberada del dominio japonés. Corea celebra el Día de la Independencia, conocido como ‘Gwangbokjeol’, que se traduce como «la fiesta del regreso a la luz».
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«Que llegue pronto el día en que nuestros pueblos unidos alaben a Dios y que, habiendo superado el dolor de la división por la gracia de Dios, se logre la plena reconciliación y unificación», implora el arzobispo de Seúl. «Tomemos a Nuestra Señora como ejemplo, construyamos puentes de fe, de amor y de reconciliación», aseguró el prelado. Consideró que «la Iglesia debe desempeñar un papel importante para acercar nuevamente a los fieles que se distanciado de Dios durante la pandemia», al esperar también que «la Iglesia actúe como puente de amor y unidad para que Dios pueda tocar y sanar los muchos corazones quebrantados».
La Iglesia en Corea del Sur organiza cada año en estos aniversarios la ‘Peregrinación Mundial de Jóvenes por la Paz’ que llega hasta la Zona Desmilitarizada, la franja de territorio en la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur. La peregrinación está concebida como una ocasión para fomentar la paz entre los jóvenes. La organiza el Comité de Reconciliación del Pueblo Coreano de la Iglesia de Seúl y tiene como objetivo promover la paz en la península de Corea y en el mundo. Los jóvenes participantes visitan este año Ulleungdo y Dokdo y en la Zona Desmilitarizada van a conocer algunos de los campos de batalla más sangrientos de la Guerra de Corea — entre 1950 y 1953—.
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