El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, exhorta a «despertar en nuestros conciudadanos el deseo del Dios vivo y verdadero», en una carta pastoral titulada ‘Iglesia en estado de misión’, el miércoles 14 de septiembre, al coincidir con la fiesta del Santísimo Cristo de Burgos, tras la clausura del Año Santo de la catedral. El prelado reflexionó sobre algunos aspectos de la vida social y eclesial que le «interpelan de modo particular», tras animar a «ponernos manos a la obra con convencimiento, audacia y pasión» para realizar la tarea evangelizadora en una época de «desierto espiritual» que modificó la sociedad.
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El prelado explicó que el panorama actual provoca que «no podamos seguir con los mismos esquemas mentales y consiguientes modos de actuar» del «siempre se ha hecho así». Expuso una radiografía social en la que la práctica religiosa disminuye, en la que nacen nuevas formas de «antiteísmo beligerante» en medio de una pluralidad religiosa y en la que la «crisis de verdad» terminan en «el relativismo, el pensamiento débil o la proliferación de ideologías y populismos» de tono individualista y consumista que desembocan en una nueva concepción antropológica y que hablan de «un cambio de época».
Hizo una «llamada ineludible y urgente a la evangelización», «sin excusas ni justificaciones». El arzobispo de Burgos exhorta a «despertar en nuestros conciudadanos el deseo del Dios vivo y verdadero inscrito en el corazón humano», por lo que fijó su atención en la necesidad de una evangelización «de persona a persona». Ratificó que es urgente una «espiritualidad recia» que ponga en el centro la Eucaristía y el sacramento de la Reconciliación, la oración asidua y de calidad, la formación espiritual y litúrgica y la atención a la piedad popular.
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