El arzobispo de Bahía Blanca, Carlos Azpiroz Costa, reflexionó que «lo que está pasando puede ser un signo de la presencia de Dios en los tiempos que transitamos», en una carta a los estudiantes, maestros, profesores y directivos de las comunidades educativas de la jurisdicción eclesiástica en septiembre, en el contexto que estableció modalidades inesperadas por la pandemia de coronavirus.
Precisó que «septiembre de 2020 nos brinda una perspectiva propia y única: transcurrimos un Año Lectivo – Escolar que, casi desde su inicio, ha sido marcado por modalidades inesperadas», al referirse a la cuarentena y el consecuente aislamiento, distanciamiento, confinamiento por el COVID-19. «Todo esto ha suspendido prácticamente el carácter ‘presencial’ del aprendizaje y los estudios; la docencia y la enseñanza; el trabajo y la cotidiana vida ajetreada de todo establecimiento educativo», indicó, al hacer hincapié en la modalidad virtual, en la que los espacios físicos pasaron a ser ‘la plataforma’. «Desde dentro, con la luz de la Palabra de Dios y la acción del Espíritu estamos llamados a no perder la serenidad interior, la capacidad contemplativa de ver lejos, la audacia creadora propia de quienes deseamos ser siempre fieles a la propia vocación. Esto es lo que hacían los ‘verdaderos profetas'», afirmó el arzobispo Azpiroz, quien consideró que lo que ocurre puede ser «signo de la presencia de Dios».
«Ser ‘profeta’ no significa adivinar lo que irá a pasar o limitarse a la siempre repetida queja ‘¡Adónde iremos a parar!’. El profeta trata de comprender desde la Palabra de Dios, dentro de las circunstancias que le toca vivir, qué sentido ¡significado! (alcance) tiene lo que pasa, lo que le pasa a cada uno, lo que ‘nos’ pasa. Así es: Lo que está pasando puede ser un ‘signo’; signo de la presencia de Dios en los tiempos que transitamos ¡signo de los tiempos!», sostuvo, tras enfatizar que estas circunstancias proporcionan enseñanzas, lecciones de vida. «Es que, también, ser ‘profeta’ implica leer la Palabra de Dios, pero tomándole el pulso a la realidad, a lo que acontece», explicó.