Arzobispo Aguer lamenta la situación en la diócesis de San Rafael

El arzobispo emérito de La Plata, Héctor Aguer, lamentó la situación que atraviesa la diócesis de San Rafael, tras la decisión de cerrar a fin de año el seminario diocesano 'Santa María Madre de Dios' -en el que se forman en la actualidad 40 seminaristas-. "Rezo por los sacerdotes y seminaristas. Espero que esas vocaciones no se pierdan", indicó.

Arzobispo Aguer San Rafael
Foto: Télam.

El arzobispo emérito de La Plata, Héctor Aguer, lamentó la situación que atraviesa la diócesis de San Rafael, Mendoza, tras la decisión de cerrar a fin de año el seminario diocesano ‘Santa María Madre de Dios’ -en el que se forman en la actualidad 40 seminaristas-, al seguir las orientaciones de la Santa Sede, en una carta enviada al obispo Eduardo Taussig. Pese a que el obispo no dio las razones del cierre, distintas fuentes indicaron que el último conflicto conocido en la diócesis se desencadenó por el decreto sobre la recepción de la Eucaristía en la mano, tras el que hubo diferencias sobre este tema con el seminario, durante la reapertura de los templos al culto público por la pandemia del coronavirus.

«Querido Eduardo: Lamento profundamente lo que ha ocurrido en San Rafael, a causa de un gravísimo error tuyo: el decreto sobre el modo de comulgar. Te he manifestado mi opinión las dos veces que me llamaste por teléfono. Las razones las he expuesto en mi artículo ‘La comunión en tiempo de pandemia’, publicado en ‘InfoCatólica’. Rezo por vos, y por la diócesis. Y, de un modo muy especial, por los sacerdotes y seminaristas. Espero que esas vocaciones no se pierdan», indicó el arzobispo Aguer sobre el momento que atraviesa la diócesis de San Rafael. Posteriormente, el prelado dio una entrevista a ‘La Nouva Bussola Quotidiana‘ en la que reflexionó sobre los hechos ocurridos en la jurisdicción eclesiástica y la conversación que tuvo con Taussig.

Aguer detalló la situación de la llamada telefónica con el obispo de San Rafael. «Monseñor Taussig me llamó dos veces por teléfono y yo le dije lo que pensaba: que había cometido un error con ese decreto sobre el modo de comulgar. Pero él insistió en sus argumentos y no nos pusimos de acuerdo. Tengo que aclarar que, aunque tengo con él una relación amistosa de muchos años, me sorprendió que me llamara por segunda vez. Y yo insistí en los fundamentos que le había dado», explicó. Al ser consultado sobre la posterior protesta de los fieles, consideró «no es extraño», dado que se da en la sociedad civil, y que por ello que ocurra también en la Iglesia. «Me atrevo a pensar que el Decreto de monseñor Taussig no gustó nada a la mayoría de los feligreses. Insisto en que considero que ese Decreto era innecesario y que, en sustancia, es contrario a la disciplina vigente en la Iglesia y a la libertad de los fieles. Cualquier católico tiene derecho a comulgar de pie o de rodillas; en la mano o en la boca. Es curioso que el presidente de Argentina también haya asumido el presunto deber de cuidar la salud de los ciudadanos prohibiendo el culto divino», aseveró.

«Si la decisión de cerrar el seminario procede del organismo competente de la Santa Sede, se comprende que monseñor Taussig haya ejecutado. La cuestión que queda por discernir es cómo se ha precipitado esta situación que parece mostrar que los motivos de diferencias y discordia vienen de hace tiempo», consideró. «Ante todo habría que recordar que en Argentina, al igual que en otros países, los seminaristas son muy pocos en la mayor parte de las diócesis. La cercanía del Obispo, una cercanía esclarecedora y afectuosa, es fundamental. Lo único que puedo hacer es rezar para que las vocaciones de esos cuarenta muchachos del seminario de San Rafael no se pierdan», insistió.

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