Las parroquias del arzobispado de Yangon, Birmania, se comprometieron en este tiempo de pandemia de coronavirus a asistir y dar alimentos a al menos a 50 familias empobrecidas en cada comunidad durante los tres meses próximos. Desde los primeros días de la pandemia, distribuyó equipos de protección personal, alimentos y ayuda humanitaria a las comunidades más pobres, al contar también con el apoyo de diversos organismos internacionales.
«Mientras el país lucha contra la crisis de salud pública, la Iglesia está aumentando su respuesta y contribución al bien común», indicó la jurisdicción eclesiástica que tiene como arzobispo al cardenal Charles Maung Bo. La iniciativa social y humanitaria de la arquidiócesis, en el que las parroquias de Birmania van a familias empobrecidas en este tiempo de pandemia, se suma a la ya lanzada de poner a disposición seminarios, instituciones y estructuras eclesiales como centros de cuarentena para pacientes que tengan coronavirus.
Actualmente, los obispos de Birmania tratan de recaudar recursos y fondos para ayudar a las personas necesitadas, al dar prueba de solidaridad a nivel material pero también moral y espiritual. «La Iglesia acompaña a las personas y las ayuda a esperar la superación de la crisis actual. Toda ayuda que se ofrece a los pobres y vulnerables, en nombre de la caridad de Cristo, es una contribución al bien común de la nación», aseguró el arzobispado de Yangon.
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