El cardenal y obispo emérito de Hong Kong, Joseph Zen, aseguró que «pensar en hacer acuerdos con Pekín es una locura», tras cumplirse 2 años del acuerdo provisional que el 22 de septiembre de 2018 firmó China y el Vaticano para el nombramiento de obispos. El prelado entregó en Roma recientemente a uno de los secretarios personales del Papa Francisco una carta en la que aborda la cuestión del nuevo obispo de Hong Kong.
«Es inconcebible que siga siendo secreto también para quien se ocupa de cerca de estos problemas. No se puede proceder de este modo», indicó, al rechazar que incluso los términos del acuerdo provisional entre la Santa Sede y China continúen confidenciales. «De todas formas, en Pekín no todos quieren que se ratifique el acuerdo. Una parte del Partido no quiere acuerdos: son más duros, quieren solo que se controle a la Iglesia y, si es necesario, que sea aplastada, sin acuerdos de ningún tipo. Xi Jinping tiene mucho poder, pero también muchos enemigos internos: la guerra entre las facciones es interminable», aseguró Zen. Afirmó, al referirse a Pekín, que «no se hacen acuerdos con el diablo». «¡El diablo se combate y basta! La Iglesia no acepta órdenes del gobierno, y esto vale en todas partes», aseveró.
Al referirse a Hong Kong, aseguró que «hace más de un año y medio» que están «sin obispo». «La idea era nombrar a monseñor Joseph Ha, el auxiliar. Ahora, en cambio, suben los puntos de monseñor Peter Choy, uno de los cuatro vicarios, muy cercano a Pekín. En la carta le aviso al Papa de que nombrar a Choy sería un desastre. Me he quedado el tiempo permitido -sólo 120 horas permitidas por las autoridades de Hong Kong-, pero no recibí ninguna señal desde Santa Marta», lamentó, tal como publicó ‘Duc in altum’, según ‘Infovaticana’. Además, afirmó que los esfuerzos de la Iglesia para negociar una extensión del acuerdo provisional de 2018 con China perjudica la evangelización de ese país. «Estamos perdiendo dignidad y credibilidad. El silencio rotundo dañará la obra de evangelización. Mañana, cuando la gente se reúna para planificar la nueva China, es posible que la Iglesia católica no sea bienvenida», advirtió Zen, en entrevista concedida a ‘CNA’. El prelado enfatizó que no veía alguna posibilidad de mejora para la Iglesia local por las negociaciones del Vaticano con el régimen comunista. «¿Hay alguna opción entre ayudar al gobierno a destruir la Iglesia o resistir al gobierno para mantener nuestra fe?», cuestionó.
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