DEJA LA HIGUERA UN AÑO MÁS, YO LA CUIDARÉ.

Por Mario Ortega.

Lc 13, 1-9. Deja a la higuera un año más, yo la cuidaré. Sábado XXIX sem TO

En aquella ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó:
–¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no. Y si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.
Y les dijo esta parábola:
Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.
Dijo entonces al viñador:
–Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?
Pero el viñador contestó:
–Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortarás.

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Jesús, el viñador paciente

1. Jesús nos ofrece hoy la parábola de la higuera que durante varios años, tres en concreto, no ha dado fruto alguno. El dueño de la viña pensó en cortarla por su inutilidad. Pero en seguida, el viñador le pidió que la dejara un año más, que él se encargaría de cavar alrededor y echar estiércol, para ver si diere fruto.

2. El viñador es Jesús mismo y nosotros esa higuera tantas veces infecunda. Siempre infecunda en realidad si no nos dejamos labrar y cuidar por Jesús, que sigue apostando por nosotros, entregándose por nosotros hasta dar la vida en el Calvario, sacrificio que renovamos cada día en la Eucaristía. Él es el viñador que aguarda paciente, que no se rinde, que se nos da como fruto maduro del árbol de la cruz para que nosotros demos frutos en Él y por Él.

3. Jesús no deja perder la higuera infecunda, como tampoco dejó perderse a la oveja perdida. En Él encontramos siempre el amigo fiel que sigue confiando en nosotros y no nos deja solos ni abandonados a nuestra suerte. Esta es la misión y el compromiso de tan buen viñador: He venido para que deis fruto y lo deis en abundancia.

DEJA LA HIGUERA UN AÑO MÁS, YO LA CUIDARÉ.

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