La gruta de Lourdes donde la Virgen se apareció en 1858 quedó anegada por el agua, que causó graves daños en las carreteras del Pirineo aragonés y del sur de Francia, provocando desprendimientos de tierra, el viernes 6 de septiembre. Las fuertes lluvias, intensas durante la madrugada, generaron crecidas de ríos y afectaron gravemente las zonas cercanas.
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El santuario quedó bajo el agua debido a la crecida del Gave de Pau. Aunque el agua no alcanzó la imagen de la Virgen, sí anegó los bancos y parte del altar. Tras la disminución de las lluvias, decenas de trabajadores del santuario comenzaron las tareas de limpieza en las áreas afectadas, el sábado 7 de septiembre. A pesar de los esfuerzos, la Misa de las 10 de la mañana tuvo que ser cancelada, aunque el santuario mantuvo sus puertas abiertas mientras el personal vaciaba y limpiaba la explanada y la gruta.
No es la primera vez que sucede el desbordamiento del río Gave, dado que afectó al Santuario de Nuestra Señora de Lourdes en el año 2013 y 2018. Aunque se tomaron medidas para evitar daños mayores y proteger áreas clave como la sacristía y la iglesia de Santa Bernadette, el acceso a la gruta y otros espacios fueron restringidos. Sin embargo, las peregrinaciones no fueron canceladas y el santuario de Lourdes siguió operando.
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