La Conferencia de Obispos de Escocia, presidida por el prelado Hugh Gilbert, exigió brindar a los pacientes con enfermedades terminales verdaderos cuidados paliativos, tras rechazar el proyecto de ley de muerte asistida que fue presentada por el parlamentario Liam McArthur. La iniciativa permitiría mayores de 16 años con enfermedades terminales reciban asistencia para poner fin a sus propias vidas.
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Los prelados de Escocia aseveraron que el proyecto socava los esfuerzos para reducir el suicidio y brindar a los pacientes con enfermedades terminales verdaderos cuidados para aliviar el dolor, los paliativos. Enfatizaron que el suicidio asistido presenta un riesgo inherente de coaccionar a personas vulnerables. Mencionaron un estudio reciente en Estados Unidos que encontró que más del 40% de las personas con medicamentos para el suicidio hicieron referencia a la carga de sus familiares como razón para quitarse la vida.
«Esto sugiere que la sociedad está fallando a quienes más necesitan ayuda y apoyo, lo que hace que las personas vulnerables, incluidos los ancianos y los discapacitados, se sientan presionadas a poner fin a sus vidas para reducir el impacto en la familia, los amigos, los cuidadores y el Estado», enfatizaron. «La opción del suicidio asistido se reduce menos a tener un ‘derecho’ a morir y más a sentir todo el peso y la expectativa de un ‘deber’ de morir», repudiaron.
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