La Iglesia en Papúa Nueva Guinea asiste de urgencia a las víctimas de los corrimientos de tierra que asoló la zona de Mulitaka hace una semana, tal como indicó la diócesis católica local de Wabag, que se moviliza para ayudar debido a la grave situación de emergencia en una zona que sigue siendo de difícil acceso y en la que podrían producirse nuevos corrimientos de tierra.
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El obispo de Wabang, Arnold Orowae, y sus colaboradores, precisaron la situación de «unas 3.950 personas residían en la zona afectada de Mulitaka, que forma parte de la parroquia de Kasap». «Llegamos a la zona afectada por la catástrofe, que se encuentra a dos horas y media de la sede de la diócesis. La población total de la zona es de unas 3950 personas», indicó el prelado. Aseguró que «según los supervivientes de los aproximadamente 1.500 miembros de la comunidad de Kaokalam, 178 personas quedaron sepultadas vivas, mientras que 255 casas fueron arrasadas por el gigantesco corrimiento de tierras».
«Como diócesis de Wabag respondimos rápidamente llevando alimentos a los directamente afectados. También proporcionamos suministros médicos a los heridos leves, mientras que los heridos graves fueron trasladados a nuestros centros de salud y al hospital de Wabag. El corrimiento de tierras dejó escombros de hasta 8 metros de profundidad en un área de 200 kilómetros cuadrados, cortando el acceso a las carreteras y dificultando el socorro. Pero la gente de buena voluntad nos ayudó a llegar hasta allí con nuestros suministros de alimentos y medicinas», ratificó.
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