Francisco animó a rezar para que «religiosos y seminaristas crezcan en su camino vocacional, a través de una formación humana, pastoral, espiritual y comunitaria, que los lleve a ser testigos creíbles del Evangelio», en el mes de mayo, en su videomensaje, difundido por la Red Mundial de Oración del Papa en colaboración con la Arquidiócesis de Los Ángeles y con el apoyo de Hallow.
Colabore con Verdad en Libertad
Recordó que la formación no termina en un momento determinado, sino que continúa a lo largo de toda la vida, al pasar por la conciencia de los propios límites, la oración, la dedicación al testimonio del Evangelio, la preparación para la vida en comunidad y la cercanía a la vida de las personas. «Cada vocación es un ‘diamante en bruto’ que hay que pulir, trabajar y al que hay que darle forma en todas sus caras», indicó el Papa.
El Pontífice se refirió a las dos características que todo buen sacerdote y todo religioso deben tener. «Primero de todo ser un hombre, una mujer formados, trabajados por la gracia del Señor, y en segundo lugar, deben ser personas conscientes de sus límites y dispuestas a llevar una vida de oración, de dedicación al testimonio del Evangelio», afirmó.
Puede interesarle: Francisco anima a «dar más impulso a la vida contemplativa».