Francisco cuestionó «¿hacia dónde navega Europa con las cunas vacías?», durante el encuentro que mantuvo en el Centro Cultural de Belém con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático de Portugal, el miércoles 2 de agosto, en el primer día de su visita al país con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). En su llegada al país, descendió del avión de ITA Airways en su silla de ruedas a través de un ascensor y saludó posteriormente a las autoridades, entre los que se encontraba el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.
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El Papa, inspirado en la vocación oceánica del país ibérico, reflexionó sobre el alma de Europa. «El océano, inmensa extensión de agua, recuerda los orígenes de la vida. En el mundo desarrollado de hoy, paradójicamente, se convirtió en una prioridad la defensa de la vida humana, puesta en peligro por las derivas utilitaristas que la usan y la desechan, la cultura de la muerte. Pienso en tantos niños no nacidos y ancianos abandonados a su suerte; en la soledad de muchas familias que luchan por traer al mundo y criar a sus hijos», planteó.
«También aquí se podría decir: ¿Hacia dónde navegan, Europa y Occidente, con el descarte de los ancianos, los muros de alambre espigado, las tragedias en el mar y las cunas vacías? ¿Hacia dónde van si, ante el dolor de vivir, ofrecen remedios superficiales y equivocados, como el fácil acceso a la muerte, una solución de conveniencia que parece dulce, pero que en realidad es más amarga que las aguas del mar? Pienso en tantas leyes sofisticadas al respecto. Lisboa, abrazada por el océano, nos da, sin embargo, motivos de esperanza», sostuvo el Pontífice.
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