El Jubileo del Centenario de la Basílica de la Agonía en Getsemaní comenzó en la fiesta de la Preciosísima Sangre de Jesús, que se celebró el 1 de julio. La primera piedra de la basílica fue colocada el 17 de octubre de 1919 por el cardenal Filippo Giustini, protector de la Orden de Frailes Menores y legado papal en Palestina, con motivo del 7 centenario de la fundación de la Custodia de Tierra Santa.
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El custodio de Tierra Santa, Francesco Patton, presidió la Misa con los franciscanos y sacerdotes de Tierra Santa. Actualmente se celebra de manera especial la preciosísima sangre del Señor en Getsemaní, dado que allí oró al sudar sangre después de instituir la Eucaristía y antes de derramar toda su sangre al morir por nosotros. «La fiesta de la preciosísima sangre está ligada a la celebración eucarística. En la Edad Media se celebraba el Corpus Christi, el cuerpo del Señor, y la Preciosa Sangre. Después de la reforma litúrgica se hizo una sola fiesta, la del Cuerpo y la Sangre de Cristo», sostuvo.
«Sin embargo aquí en Tierra Santa ya que tenemos estos lugares especiales también seguimos celebrando la fiesta de la Preciosa Sangre que es precisamente la sangre de Jesús, es su vida dada por nosotros. El valor de la Preciosa Sangre se comprende bien cuando se reflexiona sobre las palabras que pronuncia el sacerdote sobre el cáliz que son las palabras de Jesús en la Institución de la Eucaristía. Se entiende que la sangre que da Jesús es su vida que se da por amor a nosotros por la alianza nueva y eterna», destacó Patton.
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