La parroquia latina de la Sagrada Familia en la ciudad de Gaza alquiló un establecimiento para garantizar la tranquilidad de los cristianos en las playas frecuentadas solamente por musulmanes, dado que después de la Misa de los domingos van a disfrutar del verano, pese a que se avanza unos metros y se puede ver los escombros del interminable conflicto, cuya última escalada fue hace un mes. La tregua se mantiene desde el 13 de mayo pasado. Las mujeres disfrutan del aire salado a la sombra, mientras los niños juegan en el agua.
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El padre Gabriel Romanelli, párroco latino de Gaza, indicó que «pararon el día 13, Nuestra Señora de Fátima, Nuestra Señora Reina de la Paz» y que «la situación parece mucho más tranquila, mientras no se resuelva el problema de qué se hace con estos millones de personas que viven aquí». «Mis hijas todavía tienen miedo de cerrar la puerta o ir al baño solas, tienen pesadillas, vienen a nuestra habitación por la noche, no pueden olvidar esos terribles 5 días. En este período de verano tratamos de organizar más actividades en la parroquia, venir a orar, a jugar, a participar en actividades culturales y deportivas», sostuvo Nisreen Anton, cristiana de Gaza.
«Fue la primera vez que salí de Gaza y Palestina. Conocí gente nueva, culturas nuevas, todo fue hermoso», aseguró Rosette Al Turk, cristiana de Gaza. «Cuando llegué a la parroquia hace casi 4 años, traté de ser el primero en llevar a los líderes del grupo scout al otro lado de Palestina e Israel para ver los lugares sagrados de Tierra Santa. Lamentablemente, sin embargo, ese permiso siempre fue denegado por la parte israelí. Y así logramos obtener permisos del lado egipcio. Un viaje espléndido, espiritual, cultural y recreativo», rememoró el padre Gabriel.
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