LIBIA: LIBERTAD RELIGIOSA.

Por Jennifer Almendras.

Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva

El ‘Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2021’ (ILR) afirmó que desde «la caída del régimen de Muamar el Gadafi en 2011, Libia se halla en una situación de desconcierto permanente». «Desde 2011, Libia ha estado gobernada por una Constitución temporal, la Declaración de Constitución provisional promulgada por el Consejo Nacional de Transición el 3 de agosto de 2011, revisada el 13 de marzo de 2012. La declaración establece que el islam es la religión del Estado y la sharía —la ley islámica— la fuente principal de la legislación. El Estado garantiza a los no musulmanes la libertad de practicar su religión —artículo 1—», indicó.

«La declaración prohíbe cualquier forma de discriminación basada en la religión o secta. Es la primera vez que la libertad religiosa está protegida constitucionalmente desde 1969, cuando el difunto dictador Gadafi se hizo con el poder. El borrador de la nueva Constitución (2017) reconoce la sharía islámica como única fuente de la legislación y no garantiza ningún otro aspecto de la libertad de religión y creencia. Se siguen aplicando las leyes de la época anterior a la revolución que restringían la libertad religiosa, por lo que se produce todo tipo de discriminaciones. Los no musulmanes están sujetos a restricciones y prohibiciones legales», sostuvo el informe.

El ILR aseguró que «hasta hace poco, la Iglesia católica dirigía numerosos centros de beneficencia y educativos, entre ellos hospitales, colegios y residencias para discapacitados, y miles de jóvenes libios asistían a los colegios católicos». «La Iglesia católica está presente en varias zonas de Libia a través de tres administraciones y una prefectura apostólicas. En 2017, el Papa Francisco nombró al obispo George Bugeja, vicario apostólico de Trípoli», ratificó.

Incidentes y evolución

Aseguró que «varias milicias armadas gestionan centros de detención para inmigrantes y refugiados». «Las personas arrestadas y detenidas por estos grupos por haber violado, supuestamente, la ley islámica han declarado haber sido torturadas y maltratadas. Según Middle East Concern, grupo defensor de los derechos de los cristianos, en las zonas en las que operan las milicias como fuerzas policiales de facto se castiga con gran dureza a los apóstatas. En una entrevista realizada en febrero de 2020, el obispo Bugeja afirmaba que ‘la Iglesia libia está presente, no escondida’. Aunque muchos cristianos huyeron de libia después de 2011 y 2014, la Iglesia católica permanece», indicó, al precisar que «según apuntó el obispo Bugeja, se calcula que el número de católicos asciende a unos 3000 en un país con siete millones de habitantes, pero muchos han emigrado».

«Las Iglesias locales cuentan con otro sacerdote en Trípoli, tres frailes menores en Bengasi y dos comunidades de las Hermanas de Madre Teresa, ‘con un total de ocho monjas que trabajan como voluntarias en dos instituciones gubernamentales […] acogiendo a discapacitados mentales. Su labor es enormemente apreciada’. El vicariato de Trípoli solo tiene una iglesia, dedicada a san Francisco, que fue confiscada tras la revolución de 1969, además de otras Iglesias. Actualmente, está ‘asignada a la Iglesia, pero no le pertenece’. La catedral de Trípoli se ha transformado en la mezquita Yamal Abdel Naser, situada en la plaza de Argelia. En Bengasi hay una segunda iglesia dedicada a la Inmaculada. Después de que el Estado Islámico llegara al país y atacara las propiedades de la Iglesia, las comunidades católicas han seguido celebrando el en otros lugares en vez de en sus iglesias», enfatizó.

Futuro de la libertad religiosa

Ratificó que «garantizada en teoría por la Constitución temporal de Libia, en la práctica la libertad religiosa está limitada y se ha ido deteriorando a lo largo de los últimos años». «Preocupa de forma especial la prohibición de facto del proselitismo y las duras penas que conlleva. En el período estudiado en este informe, se ha producido un aumento significativo del asesinato de miembros de las minorías religiosas, sobre todo cristianos; relacionado con esto, las organizaciones extremistas islámicas vinculadas al Gobierno de Acuerdo Nacional han ganado mayor influencia sobre el terreno y en los círculos políticos. Dada la división política y la falta de un gobierno unificado, los grupos extremistas se están expandiendo y ejercen el control sobre varias zonas del país. El trato inhumano que reciben en Libia los inmigrantes y refugiados, principalmente subsaharianos y cristianos, es una cuestión que preocupa enormemente. En general, no hay perspectivas de mejoría en relación con los derechos humanos, entre ellos el de libertad de religión o credo», denunció.

LIBIA: LIBERTAD RELIGIOSA.

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