Francisco reitera que «incluso la enfermedad es un gran don de comunión», al recibir en audiencia a los participantes en la Asamblea Plenaria anual de la Pontificia Comisión Bíblica, que se reúne en Roma para reflexionar sobre ‘La enfermedad y el sufrimiento en la Biblia’, durante la mañana del jueves 20 de abril.
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Explicó que la enfermedad no es una «pérdida» ni un fastidio que se debe minimizar «a toda costa», sino «una ocasión de crecimiento y de discernimiento sobre lo que realmente importa en la vida, hasta el encuentro con Dios». El Pontífice, de 86 años y con algunas dolencias físicas, indicó que la «preocupación» por la enfermedad y el sufrimiento lo tocan de cerca, dado que recientemente abandonó el hospital Gemelli de Roma, tras ser hospitalizado por una bronquitis.
El Papa afirmó que la enfermedad también «nos enseña a vivir la solidaridad humana y cristiana, según el estilo de Dios, que es cercanía, compasión y ternura». «Para el cristiano, incluso la enfermedad es un gran don de comunión, con el que Dios le hace partícipe de su plenitud del bien precisamente a través de la experiencia de su debilidad», aseguró.
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