La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada asistió a más de 15.000 ucranianos que sufrieron los estragos de la invasión militar rusa a gran escala, que inició el 24 de febrero de 2022. La organización precisó recientemente que los donantes aportaron 9.500.000 euros —cerca de 10.000.000 de dólares— para financiar 291 proyectos, en su mayoría de ayuda humanitaria. Parte de esa ayuda fue dirigida a 7.447 personas que brindan asistencia espiritual, como sacerdotes, religiosas, religiosos y colaboradores diocesanos.
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«Estos hombres y mujeres permanecieron en sus lugares, a veces en situaciones muy peligrosas, manteniendo en marcha la vida y las actividades de la Iglesia, permitiéndole seguir atendiendo las necesidades espirituales y materiales de la población local», indicó la fundación pontificia, que proporcionó ayuda humanitaria a 2.274 refugiados. También financió 231 mejoras de cocinas y hornos portátiles, el menaje de parroquias, conventos, seminarios y otras instituciones que ayudan a refugiados. El trabajo de la entidad católica abarcó igualmente el financiamiento de actividades pastorales y campamentos de verano para 1.712 jóvenes en áreas seguras.
Permitió 16 proyectos de formación y retiros espirituales para 3.280 personas, incluidos cientos de religiosos, sacerdotes y catequistas. Durante la época de invierno y en medio de la crisis energética provocada por la invasión rusa, proveyó de más de 200 generadores de energía y 79 sistemas de calefacción para comunidades religiosas. «A estos esfuerzos hay que añadir 25 proyectos de construcción o renovación para mejorar, reparar o ampliar edificios, incluyendo iglesias; tres proyectos de agua y saneamiento y tres proyectos para la instalación o reposición de ventanas», sostuvo la fundación pontificia. Además de estos proyectos, ayudó a sostener a los sacerdotes en su trabajo diario con estipendios, cuyas Misas son celebradas por las intenciones de los benefactores.