CARDENAL RAYMOND LEO BURKE.

Por Jennifer Almendras.

El cardenal y prefecto emérito de la Signatura Apostólica, Raymond Leo Burke, de 74 años, nació el 30 de junio de 1948 en Richland Center, Wisconsin, Estados Unidos. Burke fue creado cardenal por Benedicto XVI en el Consistorio del 20 de noviembre de 2010. Es miembro de la Secretaría de Estado —segunda sección—; Dicasterio para las Causas de los Santos; y Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica.

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El purpurado era el menor de 6 hijos y asistió a la escuela secundaria y la universidad en el Seminario Holy Cross en La Crosse, Wisconsin. Estudió para el sacerdocio en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y fue ordenado sacerdote por el Papa Pablo VI el 29 de junio de 1975 en la Basílica de San Pedro. Después de su ordenación, regresó a La Cross y se desempeñó como rector asociado en la catedral de Saint Joseph the Workman y enseñó religión en la Escuela Secundaria Aquinas.

Regresó a Roma en 1980 y obtuvo un doctorado en derecho canónico de la Pontificia Universidad Gregoriana. En 1984, se desempeñó como moderador de la curia y vicecanciller de la diócesis de La Crosse. En 1989 fue nombrado defensor del vínculo del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica. El 10 de diciembre de 1994 fue nombrado obispo de La Crosse y recibió la ordenación episcopal el 6 de enero de 1995 en la basílica de San Pedro. El 2 de diciembre de 2003 fue nombrado arzobispo de San Luis. El 27 de junio de 2008 Benedicto XVI lo nombró prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica. El 8 de noviembre de 2014 Francisco lo nombró patrono de la Soberana Orden Militar Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta. Participó en el cónclave de marzo de 2013 que eligió al Papa Francisco.

En noviembre de 2014, ratificó que tiene «todo el respeto al ministerio petrino», mientras que en mayo de 2015 aseveró que «decir que hemos participado en un complot contra el Papa es inaceptable» y desestimó las acusaciones que lo etiquetaban de ser anti-conciliarista, dado que toda su educación teológica en el seminario mayor estuvo basada sobre documentos del Concilio Vaticano II. En septiembre de ese año, lamentó que a quienes defienden como él lo que «la Iglesia siempre enseñó y practicó» se los denomine como enemigos de Francisco. En mayo de 2016, participó en la VI Marcha por la Vida en Roma. y también se refirió a una interpretación errónea del catolicismo, en particular, sobre el matrimonio y el acceso a los sacramentos. En julio de ese año, exhortó a las naciones de Occidente a reafirmar su origen cristiano para frenar el avance del islamismo que «quiere gobernar el mundo».

En noviembre de 2016, fue uno de los 4 cardenales, junto a Carlo Caffarra, Joachim Meisner y Walter Brandmüller, que solicitaron una aclaración —dubia— al Papa Francisco sobre Amoris Laetitia, por lo que en junio de 2017, Burke y los purpurados debieron pedir a Francisco una audiencia para tratar personalmente algunos puntos sobre Amoris Laetitia que no fueron respondidos. En octubre de 2017, Francisco restituyó al cardenal como miembro de la Signatura Apostólica. En noviembre de ese año, reiteró que «el criterio para administrar sacramentos siempre fue la coherencia de vida de la persona con las enseñanzas de Jesús». En septiembre de 2018, indicó que «las dubia deben tener respuesta tarde o temprano». , mientras que el mes siguiente aseveró que el acuerdo provisorio entre China y la Santa Sede fue «absolutamente inconcebible». En febrero de 2019, junto al cardenal Brandmüller, denunciaron que «la plaga de la agenda homosexual está difundida dentro de la Iglesia» y piden que sea eliminada. En julio de ese mismo año, ratificó que «tenemos una clara obligación de defender la máxima dignidad de la vida humana».

En enero de 2020, enfatizó que «ningún católico devoto puede estar a favor del aborto». En octubre de 2020, Burke afirmó que las declaraciones de Francisco sobre las uniones civiles que se encuentran en un documental, difundidas por los medios de comunicación, se interpretan como «simples opiniones privadas de la persona que las hizo», dado que «econtexto y la ocasión de tales declaraciones las hacen carentes de todo peso magisterial». En febrero de 2021, aseguró que «el mejor término para describir el estado actual de la Iglesia es confusión; confusión que a menudo roza el error». En abril de 2022, fue uno de los 4 cardenales y y 70 obispos que alertaron en una carta del peligro del cisma de la Iglesia en Alemania.

CARDENAL RAYMOND LEO BURKE.

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