Francisco hace balance y revive los momentos más significativos de su reciente viaje apostólico a Congo-Kinsasa y Sudán del Sur, países que visitó del martes 31 de enero hasta el domingo 5 de febrero, durante la audiencia general de esta semana. El Pontífice invitó en la catequesis del miércoles 8 de febrero a que Congo-Kinsasa y Sudán del Sur y en toda África, broten semillas de su Reino de amor, de justicia y de paz.
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«Doy las gracias a Dios que me ha permitido realizar este viaje, deseado desde hace tiempo. Visitar al pueblo congoleño, custodio de un país inmenso, pulmón verde de África, junto a la Amazonia, son los dos pulmones del mundo. Tierra rica de recursos y ensangrentada por una guerra que no termina nunca porque siempre hay quien alimenta el fuego. Y visitar al pueblo sudsudanés, en una peregrinación de paz junto al arzobispo de Canterbury, Justin Welby y al moderador general de la Iglesia de Escocia, Iain Greenshields», precisó el Papa Francisco, quien hace un balance de su reciente viaje a África Central y Oriental.
Destacó algunas palabras del discurso que dirigió durante su visita al Palacio Presidencial congoleño. «El Congo es como un diamante, por su naturaleza, por sus recursos, sobre todo por su gente; pero este diamante se ha convertido en motivo de contención, de violencias, y paradójicamente del empobrecimiento del pueblo. Frente a todo esto he dicho dos palabras: la primera es negativa, ‘¡basta!’, ¡basta de explotar África! La segunda es positiva: juntos, juntos con dignidad y respeto recíproco, juntos en el nombre de Cristo, nuestra esperanza, ir adelante. No explotar y caminar adelante siempre», aseguró el Pontífice.
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