El antiguo seminario caldeo situado en Dora, un suburbio de Bagdad, que fue restaurado en poco tiempo, recibe a los cristianos desplazados de Mosul y de la Llanura de Nínive que hasta ahora habían encontrado refugio en la capital irakí, al ocupar el campo de refugiados que la población había empezado a llamar ‘Campo de la Virgen María’. El Patriarcado caldeo lleva adelante la iniciativa para hacer frente a una emergencia que recuerda los sufrimientos padecidos por las comunidades cristianas irakíes en las 2 últimas décadas.
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Suscríbase al boletín de VenLLas familias cristianas que encuentran hospitalidad en la estructura reorganizada por el Patriarcado caldeo habían tenido que huir de Mosul y de las ciudades de la Llanura de Nínive, en el norte de Irak, en 2014. Habían abandonado sus casas y todas sus posesiones ante el avance de las milicias del Estado Islámico. Posteriormente, encontraron refugio en Bagdad, en un edificio del distrito de Zayouna y sus alrededores, en lo que desde entonces se conoce como el campo de refugiados ‘Virgen María’. Actualmente, tras las acciones de los empresarios y los planes urbanísticos de la capital irakí se realizó el desalojo de sus precarias viviendas.
En los últimos meses, se había ordenado a las 120 familias cristianas que evacuaran el complejo que las albergaba, situado en terrenos estatales. En la primera quincena de octubre, el cardenal y patriarca caldeo, Louis Raphael Sako, había visitado el complejo Virgen María para mostrar su cercanía a las familias desplazadas y hacerse cargo de sus preocupaciones. La solución encontrada fue la de acondicionar y abrir el antiguo seminario caldeo, situado en la zona conocida como ‘Makanik’, en Dora, un suburbio del sur de Bagdad, en el que se recibe a los refugiados cristianos.
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