El cardenal salvadoreño y obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, denunció que «hay mucho sufrimiento en el pueblo nicaragüense, en el pueblo católico principalmente», cuyas declaraciones las dio el lunes 15 de agosto, después de que la diócesis nicaragüense de Siuna denunció la detención y desaparición del presbítero Óscar Benavidez, párroco de la iglesia del Espíritu Santo, en el municipio de Mulukuku, en medio de tensiones entre el gobierno sandinista y la Iglesia en Nicaragua.
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El purpurado precisó que espera que la situación en Nicaragua se vaya «normalizando» para que los ciudadanos puedan «libremente expresar su fe». «Hay mucho sufrimiento en el pueblo nicaragüense, en el pueblo católico principalmente, saben que estamos con ellos y deseamos que pronto se vaya normalizando para que haya paz de verdad y la gente pueda libremente expresar su fe», afirmó el cardenal Rosa a los periodistas.
Sostuvo, a comienzos de agosto, que la «persecución» que vive la Iglesia en Nicaragua por parte de las autoridades gubernamentales es actualmente el «caso más horrendo» de «martirio» de la región. El padre Benavidez es el tercer sacerdote detenido en lo que va del año en Nicaragua, y el noveno que se encuentra bajo custodia policial, al incluir al obispo Rolando Álvarez, y otros 5 sacerdotes que están encerrados desde el 4 de agosto pasado en el Palacio Episcopal de la diócesis de Matagalpa. Siuna fue la primera diócesis que brindó su apoyo público al obispo Álvarez, a quien la Policía acusa de intentar «organizar grupos violentos», aunque no ofreció pruebas.
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