El arzobispo de Kaduna, Nigeria, Matthew Man-Oso Ndagoso, afirmó que «7 de mis sacerdotes fueron secuestrados en los últimos 3 años», al explicar que presbíteros suelen ser un objetivo porque los captores creen que las iglesias pueden pagar rescates para liberarlos, durante una conferencia en línea organizada por la fundación pontificia ‘Ayuda a la Iglesia Necesitada’. El prelado denunció que no hay libertad religiosa en el norte del país, al referirse a la situación actual que atraviesa el país, la que consideró que es desoladora.
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Suscríbase al boletín de VenL«Desde hace 14 años, el país viene luchando contra Boko Haram, sobre todo en el noreste. Y mientras luchamos contra Boko Haram, sufrimos el problema del bandolerismo en el noroeste. Y mientras lidiamos con ello, tenemos el problema de secuestros para pedir rescate, que cada vez son más numerosos. Y mientras lidiamos con estos, también afrontamos el antiguo conflicto con los pastores Fulani», aseguró. «En los últimos 3 años, 7 de mis sacerdotes fueron secuestrados, 2 fueron asesinados y uno lleva 3 años y 2 meses en cautividad», indicó el arzobispo de Nigeria, al precisar que «4 fueron liberados». «En 50 de mis parroquias, los sacerdotes no pueden vivir en sus casas parroquiales, son objetivo de secuestros al ser considerados una vía fácil de obtener rescates», afirmó.
Recordó que ya no puede realizar sus «visitas pastorales como solía y los sacerdotes no pueden acudir a los pueblos a celebrar la Misa». «La gente no puede labrar sus campos, por lo que no puede alimentarse. Con esta inseguridad, la gente se ve privada de los sacramentos». Aclaró que esto no significa que no haya discriminación religiosa en Nigeria. «La persecución religiosa en el norte es sistémica. Para poder practicar tu religión libremente, debería ser posible predicar en cualquier lugar, y eso no es posible en el norte. No puedo construir una iglesia, pues, aunque compre un terreno, no me conceden un permiso de obra y, por tanto, no puedo construir», explicó el prelado.
«En muchos de esos estados no permiten la enseñanza del cristianismo, mientras que sus gobiernos emplean y pagan a los imanes para que enseñen en las escuelas. Todos los años tienen presupuesto para construir mezquitas, pero no permiten construir iglesias. En mi estado hay una universidad y enfrente, 5 mezquitas, pero ninguna iglesia. Queríamos construir una, pero no lo permitieron. Y si construyes una iglesia sin permiso, el gobierno puede derribarla. Así es nuestra situación, que es grave. Queremos que nuestro gobierno tenga que responder por sus actos y que la gente sea tratada con igualdad», imploró Ndagoso.
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