Hinduistas dañan una cruz en lo alto de una sala de oración de la comunidad evangélica y la sustituyen por una bandera azafrán —el color de los nacionalistas hindúes—, en los últimos días en Peradka, en el estado indio de Karnataka, donde las nuevas tensiones religiosas alimentadas por los extremistas hindúes se centran en el pueblo de Renjilady, en el distrito de Dakshina Kannada. Además, se había forzado la entrada del edificio para dejar en el interior de forma provocativa un retrato de Hanuman, una deidad hindú.
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Suscríbase al boletín de VenLEl líder local de la Asamblea de Dios Immanuel, José Verghese, también presentó una denuncia policial por el robo de materiales, entre ellos el contador de electricidad, las bombas de agua recién instaladas y las bombillas nuevas. Sin embargo, en respuesta, los activistas del Vishwa Hindu Parishad y del Bajrang Dal, 2 de los principales grupos hindutva, también presentaron una denuncia en la que exigían que se desalojara la «estructura eclesiástica ilegal» de Predaka. Los hinduistas, que dañan una cruz en lo alto de una sala de oración de la comunidad evangélica, indicaron que este se encuentra supuestamente en un terreno perteneciente a un agricultor pobre llamado Shobharaj, que lleva 8 años abandonado.
«Pertenecen a otra fe, realizan oraciones y otras actividades para convertir ese edificio en un centro de conversiones», acusan, tras indicar que también hay presuntamente otro edificio en construcción sin el permiso de la administración local. «Hay que dar protección a Shobharaj porque los líderes de la iglesia y otros políticos le han amenazado de muerte», sostuvieron. Karnataka es uno de los estados indios gobernados por el BJP donde, en los últimos meses, se endureció la legislación contra las conversiones religiosas, una medida emblemática de los hinduistas.
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