El cardenal y patriarca de los Caldeos, Louis Raphael Sako, recuerda a los cristianos que permanecen en Irak y tienen que enfrentarse a ataques, abusos, violaciones, discriminaciones, en una reflexión publicada en el sitio del patriarcado en la que volvió a referirse a las migraciones. Renovó su llamado a un futuro que debe construirse sobre «garantías» y una «base común» representada por la ciudadanía, tras indicar que el reto de la emigración sólo se puede afrontar «restituyendo a la población un tejido social y político» sobre el cual «reconstruir su vida».
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El purpurado se refirió a «la emigración de los cristianos irakíes», vinculada a múltiples factores, desde la violencia confesional hasta el ascenso del Estado Islámico en el norte, tras precisar los continuos ataques de las milicias chiíes en la Llanura de Nínive, que amenazan con provocar un trastorno demográfico en una zona históricamente de mayoría cristiana. Ratificó que los cristianos son «el pueblo originario» de esta tierra, presente «antes de la llegada del islam», al enfatizar que desempeñaron un «importante papel» antes y después del ascenso de los musulmanes «en la construcción de la civilización».
Precisó que los cristianos desean «continuar su vida» en el país y participar «en su construcción, progreso y prosperidad». El cardenal Sako, quien recuerda a los cristianos que permanecen en Irak, denunció que tienen que enfrentarse a ataques, abusos, violaciones, discriminaciones. Aseveró que en algunos casos estas situaciones se traducen en «el cambio demográfico de pueblos enteros o en el abandono de su patrimonio y sus bienes» frente a la perspectiva de ser víctimas sacrificiales, «perdiendo así la confianza en el futuro». «El Gobierno y la Iglesia deben analizar detenidamente el fenómeno y abordarlo con seriedad, no como hasta ahora, promulgando una nueva legislación que iguale a los ciudadanos y cree las condiciones para una vida digna», solicitó.
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