El católico converso del islam Idris Moses Gwanube, precisó que «nunca dejé que la persecución, las palizas o las amenazas me impidieran ser cristiano», tras ser ordenado recientemente sacerdote en Nigeria, quien es uno de los nuevos cristianos que arriesgan su vida para entregarla a Cristo en un país donde cerca de 17 cristianos son asesinados cada día por su fe. Gwanube es hijo de una familia musulmana que nunca pensó en acercarse a la fe católica, pero que debido a su lugar de trabajo —vendía pan frente a una iglesia de Jalingo para sostener a su familia a los 14 años—, comenzó a desear ser parte de la Iglesia que veía cada día.
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Suscríbase al boletín de VenL «Estaba lejos de nuestra casa, así que cuando decidí convertirme en cristiano, era feliz porque mis padres no se enterarían. Mi familia no lo supo hasta que yo ya estaba profundamente —inmerso— en la fe y —antes de eso—ya recibía catequesis», precisó el padre Idris. La organización de ayuda a los cristianos perseguidos ‘Puertas Abiertas’, explicó que quienes se convierten del islam en Nigeria también enfrentan el rechazo de sus familias, son presionados para retractarse y con frecuencia, atacados violentamente. El presbítero recordó que en su caso, al ser el único hijo varón, el estigma que ostentó tras su conversión fue bastante «más severo». «Cuando mi familia lo supo, cada vez que iba mis hermanos mayores me pegaban, perdí a todos mis amigos y en alguna ocasión mi madre me mató de hambre», enfatizó.
Precisó que uno de los peores momentos del proceso llegó cuando uno de sus vecinos solicitó llevarle a una prisión juvenil por convertirse a la fe. «Llegado un momento, en esa noche inolvidable bajo la lluvia, mi padre me pidió que me fuera de casa», lamentó el padre Idris, quien ese entonces ya bautizado y sin ningún lugar al que ir fue a la casa de su padrino de bautismo, Anthony Ishaya, que también fue amenazado con una orden judicial. «En ese momento intervino mi párroco, el padre Kieran Danfulani», aseguró, tras afirmar que gracias a él pudo escapar de su ciudad natal e ingresar en el Seminario Menor del Sagrado Corazón. «Poco antes de graduarme solicité ser sacerdote católico en la diócesis de Jalingo», rememoró. El 25 de febrero de este año, Moses fue ordenado sacerdote y contó con la poco esperada asistencia de su familia.
El presbítero también habló sobre la persecución que se da sobre los cristianos en Nigeria. «Hay puestos de trabajo que no se ofrecen a los cristianos en algunos lugares. También caminos por los que la gente no puede pasar porque se han convertido en lugares de culto y tienen que esperar a que se terminen las oraciones», denunció, tras reiterar que entre otras formas de persecución «muchos sacerdotes han sido secuestrados y asesinados y muchas iglesias han sido quemadas a consecuencia de su fe». «Si a los 14 años me mantuve firme y nunca dejé que la persecución, las palizas o las amenazas me impidieran ser cristiano, creo que cualquiera puede hacerlo», exhortó.
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