El presbítero y responsable de comunicación de la diócesis de Abeokuta a la que pertenecía el sacerdote nigeriano asesinado, Gregory Fadele, indicó que el padre Luke Adeleke, de 38 años, fue masacrado en «un intento de secuestro», cuando regresaba a su casa después de celebrar la Misa de Gallo, al referirse a la reconstrucción de los hechos del 24 de diciembre pasado. El funeral de Adeleke, que era párroco de San Antonio en Ijemo Fadipe, en el estado de Ogun, se realizará el viernes 31 de diciembre en la catedral de los Santos Pedro y Pablo en Adatan.
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«El padre Luke fue víctima de un acto violento», sostuvo Fadele, quien precisó que desde la jurisdicción eclesiástica consideran que el sacerdote nigeriano Adeleke fue asesinado «en un intento de secuestro para solicitar un rescate». «Los disparos de los atacantes, probablemente dirigidos a las llantas del vehículo en el que viajaba, se desviaron hacia el coche y alcanzaron las piernas del padre Luke que, malherido, trató de conducir hasta el hospital más cercano a unos 50 kilómetros de donde fue tiroteado. Justo antes de llegar, le fallaron las fuerzas, perdió el conocimiento y falleció», afirmó. «El padre Luke acababa de celebrar la Eucaristía para la comunidad local que se reúne en la capilla de Ogunmakin y se dirigía a casa. En el coche iba con él un niño de 11 años que afortunadamente resultó ileso», enfatizó el responsable de comunicación de la diócesis de Abeokuta.
Indicó que el asesinato ocurrió «en la carretera que bordea el bosque cuando los criminales comenzaron a disparar probablemente para intentar secuestrarlo». «Generalmente actúan coordinados de modo que actúan cuando ven un vehículo en el creen que viaja una persona por la que pueden pedir un rescate. La situación va empeorando con el tiempo y ya la emprenden contra cualquiera, sin importar el tipo de coche o el supuesto bienestar económico del conductor. Creemos que querían disparar a los neumáticos del coche, pero las balas impactaron en las piernas del sacerdote. El padre Luke comenzó entonces a perder mucha sangre. Estaba muy débil, pero pudo conducir para acercarse al hospital. Sin embargo, cuando llegó ya estaba agonizante», consideró, al asegurar que «en las grandes ciudades, si excluimos la zona norte donde opera Boko Haram, los secuestros son bastante raros». Fadele precisó que «el problema se encuentra fuera de la ciudad, en las zonas boscosas o en las carreteras que conectan las ciudades con las zonas más periféricas; en estas zonas los secuestros son más frecuentes».
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