El cardenal y arzobispo de Rangún, Charles Maung Bo, pidió que «dejen de destruir hogares e iglesias, escuelas y clínicas» en Birmania, en un comunicado del lunes 27 de diciembre, en el que pide detener un conflicto civil que se traduce en «atrocidades desgarradoras y horribles». «Todo nuestro amado Birmania es ahora una zona de guerra», explica, dado que los bombardeos y la destrucción ocurren en distintos lugares del país del Sudeste Asiático.
Colabore con Verdad en Libertad
«Insto al ejército de Birmania, el ‘Tatmadaw’, a que dejen de bombardear y señalar a personas inocentes, a que dejen de destruir hogares e iglesias, escuelas y clínicas y a que entablen un diálogo con el movimiento por la democracia y los grupos étnicos armados», solicitó el cardenal de Birmania. «También pido a los grupos armados y a las Fuerzas de Defensa del Pueblo que reconozcan que las armas no resuelven la crisis, sino que la perpetúa, provocando más muertes, más hambre, con consecuencias devastadoras para la educación de nuestros hijos, nuestra economía y nuestra salud», asegura el purpurado.
El llamamiento de Bo, respaldado por la comunidad católica en el país, se produce tras la masacre de al menos 35 civiles inocentes el 24 de diciembre en el estado birmano de Kayah, donde vive la mayoría de la población karenni —o sino-tibetana— y en la que los cristianos representan aproximadamente el 50% de la población. «El hecho de que los cuerpos de las personas asesinadas, quemadas y mutiladas fueran encontrados el día de Navidad hace que esta aterradora tragedia sea aún más conmovedora y repugnante. Aunque gran parte del mundo celebró el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, la gente de la aldea de Mo So sufrió el terrible zarpazo y el dolor de un escandaloso acto de inhumanidad», lamenta.
Puede interesarle: Ejército de Birmania destruye otro templo católico.