NO SEAMOS ESCÁNDALO PARA LOS DEMÁS.
Por Rubén Revello.
El escándalo estorba el camino de alguien hacia Dios
Escándalo significa estorbar el camino de alguien. Si uno va por un caminito, de golpe se encuentra con una piedra y se tropieza, se llama piedra de tropiezo o piedra de escándalo. Es lo que dificulta que uno camine bien por un lugar. Por ejemplo, si vos confías en tu amigo, y tu amigo te robo algo, tu amigo es un escándalo para vos, porque vos querés caminar por el camino de la amistad y él hace algo que rompe con la amistad. O un político o un sacerdote hace algo que está mal y es un escándalo para la sociedad. Supongamos que yo digo que no hay que comer carne los viernes santos, y ustedes pasan por la puerta de la parroquia y sienten que estoy haciendo un asado. Me preguntan: «Padre, no es que los viernes santos no se podía comer carne». Y yo le digo: «No, estoy prendiendo el incienso para la ceremonia». Ustedes pensarían mal, dirían: «Este cura dice una cosa y hace otra». Eso sería un escándalo. Jesús quiere evitar que nuestra vida sea una vida escandalosa.
Hay que hacer el bien siempre
Ustedes tienen que vivir del modo que dicen que viven, no vivir de dos maneras distintas. Una cosa es lo que dicen y otra cosa es que lo que hacen. Porque cuando ustedes hacen las cosas que están mal, que ustedes mismos condenan, este modo de vivir es una dificultad, es como una piedra para los que vienen creyendo atrás de ustedes. Ustedes tienen que hacer las cosas bien siempre. Acuérdense: el bien hay que hacerlo bien. No basta con hacer el bien, porque yo puedo hacer el bien para mostrarme, para que digan: «Mira qué bueno que es». No bastaría eso. El bien hay que hacerlo bien. ¿Cuándo nuestra vida es un escándalo? Cuando, por ejemplo, nos estamos preparando para para tomar la Comunión y somos egoístas. O nos estamos preparando para tomar la comunión y le decimos a nuestros amigos: «A ese no le hables porque no nos gusta, porque es gordo, porque tiene piel oscura, porque es pobre». Eso es un escándalo porque supuestamente estamos aprendiendo a querer a todo el mundo, y discriminar a alguien por su color de piel, porque es gordo, porque piensa de una manera, porque es pobre, eso es escandaloso. Entonces la propuesta es no ser motivo de escándalo para los demás. Hacer las cosas bien.
El Espíritu Santo nos ayuda a no ser escándalo para los demás
Cuando no tenemos fuerzas para hacer las cosas bien ahí viene la primera lectura: pedir la presencia de la sabiduría, invocar al Espíritu Santo que viene a nuestros corazones para guiarnos por los caminos de Dios. Decía la lectura de hoy: Amen la justicia, piensen rectamente, busquen a Dios con sencillez de corazón, porque los que tienen pensamientos tortuosos, los que son complicados, apartan de Dios. En cambio, los que son simples acercan a Dios. La sabiduría no entra en el alma del que hace el mal, ni habita en el cuerpo del pecador porque el santo espíritu huye de la falsedad, se aparta de los malos pensamientos y se siente rechazado cuando ve que hay injusticias. ¿Ustedes quieren la presencia del Espíritu Santo en sus corazones? ¿Quieren hacer el bien, ser personas justas, buenas, amorosas? Entonces no sean escándalo para los demás. Traten de vivir del mismo modo que piden a los demás que vivan. No les exijan a los demás lo que ustedes no cumplen y cumplan por lo menos con todo lo que les exigen a los demás.
NO SEAMOS ESCÁNDALO PARA LOS DEMÁS.