Misbah Imdad, una joven cristiana de 17 años, vive escondida desde hace más de un mes en campos y en refugios improvisados junto con su familia para escapar del musulmán Muhammad Saqib, quien quiere secuestrarla y obligarla a casarse con él. Este es uno de los últimos casos en Faisalabad, Punjab, que es el escenario del mayor número de episodios en el país de matrimonios y conversiones forzadas al islam. La ley pakistaní no permite el matrimonio de menores sin consentimiento explícito, pero se ignora en la práctica.
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Fuentes locales precisaron las reiteradas amenazas del islámico al padre de la joven, Imdad Masih, para obligarlo a entregar a su hija en matrimonio. Tras la negativa, Saqib denunció a su hijo —y hermano de Misbah— Shahnawaz Masih por robar dinero y secuestrar a la hija del propio Saqib, acusaciones falsas por delitos que no sucedieron. La policía, sin embargó, consideró las acusaciones suficientes para arrestar a Shahnawaz, quien se encuentra en la cárcel. «Los hijos pequeños de mi hermano —en la cárcel— están aquí con nosotros, pero no podemos alimentarlos porque debemos permanecer ocultos para escapar de Saqib», explicó la joven cristiana Misbah, quien vive escondida con su familia.
Imdad pidió que su hijo sea absuelto de las falsas acusaciones y recupere la libertad, y exigió justicia para toda la familia. El activista cristiano Baba Intazar Gill indicó que Shahnawaz, de 24 años, debería quedar en libertad en cuestión de horas tras el pago de una fianza, pero su situación no es oficial. La situación que padece la joven Misbah no es un caso aislado, puesto que la ONG ‘Center for Social Justice (CSJ)’, con sede en Lahore, indicó que hasta mediados de octubre al menos 36 mujeres no musulmanas menores de 18 años fueron secuestradas y convertidas al islam por la fuerza, de las cuales 21 son cristianas.
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