El cardenal brasileño y arzobispo emérito de Brasilia, José Freire Falcão, fallece por complicaciones del COVID-19, en el ‘Hospital de Santa Lúcia’, en Asa Sul, el domingo 26 de septiembre por la noche. El purpurado, de 95 años, fue hospitalizado el 17 de septiembre pasado como medida preventiva tras dar positivo al coronavirus, pero en los últimos 2 días su estado de salud empeoró y debió ser intubado, y posteriormente murió a consecuencia de estas complicaciones.
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Suscríbase al boletín de VenLFreire Falcão nació el 23 de octubre de 1925 en la ciudad de Ereré, en Ceará. Desde pequeño quería ser sacerdote, animado por su familia. A los 14 años ingresó en el Seminario de Fortaleza, y fue ordenado sacerdote el 19 de junio de 1949, al ejercer su ministerio en la diócesis de Limoeiro do Norte, en Ceará, de donde sería obispo el 17 de junio de 1967. Fue elegido arzobispo de Teresina, Piauí, en 1971, donde permaneció hasta 1984, tras ser trasladado a Brasilia, donde permaneció hasta 2004, cuando presentó su renuncia. Fue elegido cardenal el 28 de junio de 1988 por Juan Pablo II. En 2005 participó en los funerales del Papa polaco y en el cónclave que eligió a Benedicto XVI como Pontífice.
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Francisco envió su telegrama de pésame por el purpurado brasileño, que fallece por COVID-19, a Paulo Cezar Costa, arzobispo de Brasilia, en el que precisó que encomienda «al querido cardenal a la misericordia de Dios, recordando su preciosa colaboración en los distintos organismos de la Santa Sede», y también sus encuentros con este pastor «apasionado por la evangelización». «Apasionado por la evangelización fue solícito en poner los dones recibidos del Señor al servicio del Pueblo de Dios y de sus hermanos obispos, especialmente durante los años en los que fue presidente de la Conferencia Episcopal. Doy gracias al Padre del cielo por su ministerio episcopal, en el que se prodigó con generosidad al conducir al pueblo que le fue confiado por los caminos del Evangelio, con el mismo celo con el que había realizado sus servicios precedentes», aseguró el Papa.
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