Francisco exhorta a los jóvenes a acudir a la Confesión y a recordar el perdón que recibieron de Dios para atesorar esa paz y libertad en el corazón, en un encuentro con alrededor de 25.000 jóvenes en el estadio ‘Lokomotiva’ de Kosice, en Eslovaquia, el martes 14 de septiembre, un día antes de finalizar su 34 viaje apostólico a Hungría y Eslovaquia. En este encuentro con los jóvenes fue recordada en particular la beata Anna Kolesárová, una joven eslovaca que defendió su castidad y fue asesinada durante la Segunda Guerra Mundial por un soldado soviético.
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«Después de cada confesión, quédense un momento recordando el perdón que han recibido. Atesoren esa paz en el corazón, esa libertad que sienten dentro. No los pecados, que no están más, sino el perdón que Dios les ha regalado. Eso atesórenlo, no dejen que se lo roben. Y cuando vuelvan a confesarse, recuerden: voy a recibir una vez más ese abrazo que me hizo tanto bien», consideró el Pontífice. Precisó que si alguien siente vergüenza al ir a confesarse «no es un problema, es algo bueno», al plantear que «si te avergüenzas, quiere decir que no aceptas lo que has hecho».
Sostuvo que «la vergüenza es un buen signo, pero como todo signo pide que se vaya más allá». «No permanecer prisionero de la vergüenza, porque Dios nunca se avergüenza de ti. Él te ama precisamente allí, donde tú te avergüenzas de ti mismo. Y te ama siempre», reflexionó el Papa Francisco que exhorta a los jóvenes a acudir a la Confesión. Además, el Pontífice invitó a dejarse «abrazar por Jesús». «Porque cuando abrazamos a Jesús volvemos a abrazar la esperanza. La cruz no se puede abrazar sola, el dolor no salva a nadie. Es el amor el que transforma el dolor. Por eso, la cruz se abraza con Jesús, ¡nunca solos!», indicó.
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