Beatifican al cardenal Wyszyński, mentor de san Juan Pablo II, y a la madre Czacka

El cardenal y prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Marcello Semeraro, presidió la ceremonia en la que beatifican al cardenal Stefan Wyszyński, considerado el mentor de san Juan Pablo II, y a la madre Elżbieta Róża Czacka, religiosa pionera de la atención a ciegos, el domingo 12 de septiembre, en el templo de la Divina Providencia en Wilanów, un barrio de Varsovia, en Polonia, en la que participaron 80 obispos y 600 sacerdotes, con unos 7.000 fieles, la mitad dentro del templo y el resto fuera de él que siguieron a través de pantallas gigantes la ceremonia. Asistieron el presidente de Polonia, Andrzej Duda; la presidenta del Sejm —el Congreso—, Elzbieta Witek; el presidente del Senado, Tomasz Grodzki; y el primer ministro, Mateusz Morawiecki, entre otras autoridades.

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«Polonia, nación de María, tierra de santos y beatos, en este Templo de la Divina Providencia, por intercesión de la Virgen María, del beato Stefan Wyszyński y de la beata Elżbieta Róża Czacka, pedimos hoy a Dios que nos conceda la fuerza de ser testigos fieles de su amor misericordioso hacia cada persona necesitada de nuestro tiempo», precisó el cardenal Semeraro, quien imploró que «los nuevos beatos sean poderosos intercesores por esta benemérita nación, que sean una luz para las autoridades estatales y locales, y que apoyen a la Iglesia en Polonia en la constante fidelidad al Evangelio de Cristo». Parientes de los beatos y religiosas de las Siervas Franciscanas llevaron al altar las reliquias y un icono del cardenal, junto con el icono de la Virgen Negra de Czestochowa. La reliquia del cardenal no es un resto de su cuerpo, sino un texto de su puño y letra que escribió encarcelado en Stoczek Warmiński. El relicario de la religiosa sí contiene un hueso de la beata. Ambos relicarios permanecerán permanentemente en el Templo de la Divina Providencia, en el panteón de los santos y beatos polacos.

El cardenal Wyszyński, que beatifican el domingo 12 de septiembre, fue arzobispo primado de Polonia de 1948 a 1981 y el pastor que salvó la fe de los polacos en los difíciles tiempos del comunismo. El cardenal polaco pasó 3 años en prisiones comunistas, apresado en 1953 en su palacio episcopal, y fue el organizador de la Iglesia y el clero bajo la presión del régimen comunista durante décadas. «En aquella época política y socialmente complicada, dirigió con valor, constancia y decisión la nave de la Iglesia en Polonia, oponiéndose a una ideología que deshumanizaba al hombre y lo alejaba de la plenitud de la vida, el Evangelio de Cristo vivido con fidelidad», recordó Semeraro. La madre Czacka fue una religiosa —ciega desde los 22 años— que fundó la Congregación de las Hermanas Franciscanas Siervas de la Cruz y estableció la ‘Obra Laski’, un centro de educación de niños ciegos y de diálogo con los no creyentes. La religiosa polaca fue una pionera de la promoción del sistema braille en polaco y cuidó heridos en el levantamiento contra los nazis en 1944.

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