Por Fray Tuk. «LAS QUE ESTABAN PREPARADAS ENTRARON CON ÉL»
Mateo 25, 1-13
Por eso, el Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes. Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite, mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos. Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas. Pero a medianoche se oyó un grito: «¡Ya viene el esposo, salgan a su encuentro!».
Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas. Las necias dijeron a las prudentes: «¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?». Pero estas les respondieron: «No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado». Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta. Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: «Señor, señor, ábrenos», pero él respondió: «Les aseguro que no las conozco». Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.
SAN HILARIO DE POITIERS. Comentario sobre el Evangelio de san Mateo 27, 5.
LAS QUE ESTABAN PREPARADAS ENTRARON CON ÉL.
«Puesto que las necias no pueden ir al encuentro con las lámparas encendidas, solicitan a las prudentes que les presten aceite, pero les respondieron que no podían dárselo porque no tenían suficiente para todas. Esto significa que nadie puede apoyarse en las obras y méritos ajenos; es necesario que cada uno compre aceite para su propia lámpara. Por eso les contestaron que fueran a comprarlo, para que, obedeciendo con retraso a los mandamientos de Dios, también fueran dignas de ir al encuentro del Señor con las lámparas encendidas».