Más de 700.000 fieles de Timor Oriental, la mitad de la población del país, participaron de la Misa que presidió Francisco en la explanada de Taci Tolu, el martes 10 de septiembre, durante su viaje apostólico al Sudeste Asiático y Oceanía. Ese día también tuvo un encuentro con los obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y catequistas de Timor Oriental, y visitó un centro de niños con enfermedades graves. De los 1.300.000 habitantes, más del 90% de la población se declara católico.
Síganos en el canal de WhatsApp
Colabore con Verdad en Libertad
El Papa precisó en la homilía lo que había visto en su visita de por la mañana en el centro de niños enfermos. «En todas partes del mundo el nacimiento de un niño es un momento luminoso, de alegría y celebración, que infunde en todos buenos deseos: renovarse en el bien, volverse hacia la pureza y la sencillez. Ante un corazón amargo, hasta el corazón más duro se vence y se llena de confusión, el que se desanima en esta esperanza, el que está atormentado se vuelve a soñar y a creer en la posibilidad de una vida mejor», afirmó el Pontífice.
«La fragilidad de un niño conduce a un mensaje fuerte que afecta incluso a las almas más endurecidas, basándose en el propósito de la armonía y la serenidad… No tengamos miedo de hacernos pequeños ante Dios y los unos frente a los otros; no tengamos miedo de perder nuestra vida, de dar nuestro tiempo, de reexaminar nuestros programas (…). No tengamos miedo de redimensionar, cuando se requiera, nuestros proyectos, no para minimizarlos, sino para hacerlos aún mejores a través del don de nosotros mismos y de la acogida a los demás», reflexionó.
Puede interesarle: Francisco en Timor Oriental, uno de los países más católicos del mundo.
[…] Puede interesarle: 700.000 en Misa de Francisco en Timor Oriental. […]