La campana de la iglesia de Mar Tuma, que data del siglo XIX, vuelve a repicar en la parte antigua de Mosul, la primera inaugurada recientemente en la ciudad del norte de Irak, frente a unas pocas decenas de fieles que son en su mayoría cristianos que se desplazan desde localidades vecinas, 7 años después de la ocupación del Estado Islámico. Los yihadistas convirtieron a Mosul en su capital en Irak en 2014, antes de ser expulsados por el ejército irakí y una coalición internacional en 2017. Un corresponsal de la AFP precisó que el padre Pios Affas hizo sonar el sábado 18 de septiembre la campana del templo católico sirio, que todavía se encuentra en reconstrucción.
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«Después de 7 años de silencio, la campana de Mar Tuma sonó por primera vez en la parte derecha de Mosul», aseguró el sacerdote Pios Affas, al referirse a la campana de 285 kilos que se fundió en Líbano y se transportó desde Beirut en avión y luego en camión a Mosul, gracias a las donaciones de la ONG francesa ‘Fraternité’ en Irak, que ayuda a las minorías religiosas. «Es un gran día de alegría, y espero que esta alegría aumente aún más cuando no solo se reconstruyan todas las iglesias y mezquitas de Mosul, sino también toda la ciudad, con sus casas y sitios históricos», afirmó el presbítero, en diálogo con la agencia internacional, al considerar que el regreso de esta campana de la iglesia que vuelve a repicar «abre el camino, si Dios quiere, para que los cristianos vuelvan a su ciudad».
Syriac Christians inaugurated a new bell at Mosul’s Mar Tuma church on Saturday, seven years after ISIS took over the city – AFP
The 19th century church is being restored after it was used by jihadists as a prison or court.
📷 Zaid al-Obeidi/AFP pic.twitter.com/1EeRWbfpLs
— Rudaw English (@RudawEnglish) September 18, 2021
Las obras de restauración en la iglesia de Mar Tuma —utilizada por los islamistas que la transformaron en prisión o tribunal— continúan y su suelo de mármol fue desmontado para rehacerlo por completo. Nidaa Abdel Ahad, una de las fieles que asistió a la inauguración, precisó que regresó a su ciudad natal desde Erbil, la capital de la región autónoma kurda, para poder ver que la iglesia «volvía a la vida». «Mi alegría es indescriptible. Es como si el corazón del cristianismo volviera a latir», consideró Ahad. El fundador y director de ‘Fraternité’ en Irak, Faraj-Benoit Camurat, recordó que «todas las representaciones de la cruz, las cristianas, fueron destruidas», incluidos los altares de mármol. «Esperamos que esta campana sea el símbolo de una especie de renacimiento en Mosul», sostuvo Camurat.
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