VIERON DÓNDE VIVÍA Y SE QUEDARON CON ÉL AQUEL DÍA.

Por Mario Ortega.

Jn 1, 35-42. Vieron dónde vivía y se quedaron con Él aquel día. Sábado semana II Navidad

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice:

«Este es el Cordero de Dios».

Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?».

Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?».

Él les dijo: «Venid y veréis».

Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús;  encuentra primero a su hermano Simón y le dice:

«Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)».

Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:

«Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce: Pedro)».

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Vieron dónde vivía y se quedaron con Él aquel día

  1. Hoy contemplamos la escena del encuentro de Juan y Andrés, los primeros apóstoles, con Jesús. Lo hacemos sin salir de la contemplación del portal de Belén. Porque encontramos muchas semejanzas con los pastores que también acudieron en busca del Cordero de Dios.
  2. Juan y Andrés siguen la indicación que el Bautista les ha dado y van al encuentro de Jesús. Como los pastores siguieron las indicaciones del Ángel. Una vez alcanzado Jesús, le preguntaron dónde vivía, mostrando esa intención de conocerlo y convertirse en discípulos. Es el mismo corazón abierto a Dios que mostraron los pastores en Belén. Fueron y vieron. Entraron en el portal, en la casa donde habitaba Jesús. No pensemos que Jesús adulto tendría una casa muy diferente al pobre portal donde nació. La pobreza material de Jesús es la que hace destacar más la grandeza de su amor, que enamora a quienes lo encuentran. Así, igual que los pastores, después de adorar al Niño salieron hablando de Él a todas las gentes, los primeros apóstoles hacen lo mismo. Andrés habla de Jesús a su hermano Simón, que también encuentra al Señor y se convertirá en Pedro.
  3. Nosotros queremos entrar también donde Jesús habita. Y habita ante todo en el Sagrario. La Eucaristía es el principal lugar de encuentro hoy con Jesús. Allí le hablaremos, allí nos hablará, allí descubriremos también sus otros hogares: en el prójimo, en nuestra familia, en el trabajo, en la naturaleza, en las pruebas y dolores, en las alegrías… Porque en realidad no es que nosotros vayamos donde habita Jesús, sino que él ha venido a habitar entre nosotros.

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