Un portavoz del arzobispo de La Plata, Víctor Manuel ‘Tucho’ Fernández, respondió a las acusaciones, de que fue blando con los abusadores al negar las inculpaciones, que enfrenta el nuevo prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, tras ser nombrado por el Papa Francisco, a través de un correo electrónico enviado a CNA a última hora de la tarde del lunes 3 de julio. Indicó que «el arzobispo nunca expresó que no les creyera —a las víctimas—, más allá de lo que puedan haber dicho algunos blogs que emiten opiniones libres». Tras su nombramiento, Fernández se enfrentó críticas significativas, como las de BishopAccountability.org, un grupo con sede en Estados Unidos que realiza un seguimiento de los abusos por parte del clero. Se espera que Fernández asuma sus nuevas funciones en el Vaticano en septiembre próximo.
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Suscríbase al boletín de VenL«Ante la pregunta de los periodistas, el arzobispo respondió claramente que ‘cuando alguien presenta una acusación de este tipo, en principio, siempre se le cree, pero más allá de eso, es necesaria una investigación y un debido proceso porque la propia legislación así lo establece’», escribió el portavoz del prelado, que está al frente de la arquidiócesis desde 2018. La codirectora del grupo BishopAccountability.org, Anne Barrett Doyle, sostuvo que «el reciente manejo de Fernández de un caso de abuso sexual por parte del clero en su archidiócesis natal de La Plata plantea una gran preocupación». Doyle consideró que Fernández «defendió públicamente» y apoyó al sacerdote de La Plata, el padre Eduardo Lorenzo, frente a 5 acusaciones de abuso en 2019. Precisó que Fernández continuó al lado de Lorenzo incluso después de que se emitiera una orden de arresto y el sacerdote se suicidara.
Doyle aseguró a CNA que «el manejo de ese caso por parte de Fernández» le genera «gran preocupación». «Mantuvo al sacerdote en el ministerio parroquial, incluso mientras más y más víctimas se presentaban. Mostró una voluntad temeraria de jugar con la seguridad de los niños. Mostró desprecio por las presuntas víctimas. Si su respuesta a este caso es representativa de su actitud hacia las denuncias, hará un daño tremendo como prefecto del —Dicasterio para la Doctrina de la Fe—», aseveró. «A medida que aparecían nuevos testimonios, el arzobispo iba tomando nuevas medidas, empezando por prohibirle toda actividad con menores hasta recluirle en un departamento de Caritas», enfatizó el representante de la arquidiócesis, al negar la acusación de Doyle. «Al principio sólo se trataba de reabrir una investigación penal y canónica que se había cerrado años atrás», explicó.
«Posteriormente, aparecieron otros nuevos testimonios y se tomaron nuevas medidas ante ellos. En los últimos años en esta misma archidiócesis un sacerdote, Sidders, fue encarcelado —tras 6 meses en prisión común se encuentra en arresto domiciliario preventivo a la espera de juicio— y otro fue expulsado del sacerdocio —Yannuzzi, fundador del Instituto Miles Christi—», recordó. «En todos estos casos se siguieron los pasos correspondientes según lo establecido en su momento, y siempre consultando con la Santa Sede en la correspondencia que se conserva», consideró. Además, indicó que «respecto a lo que dicen algunas notas sobre las funciones que tendrá el arzobispo en el dicasterio, me pidió que indicara que la carta del Papa dirigida a monseñor Fernández le pide que confíe los asuntos referidos a abusos a menores a la sección disciplina que cuenta con profesionales especializados y que él se dedique más bien a la sección doctrinal o teológica que necesita desarrollo».
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