Las campanas de la iglesia de San Cornelio y San Cipriano, en La Baconnière, Departamento de Mayenne, en Francia, sonaron por última vez el lunes 31 de julio. La edificación religiosa, demasiado frágil, estaba cerrada desde 2014. En 2019 sufrió daños debido a la tempestad Miguel. La alcaldía decidió demolerla, lo cual provocó una polémica. En febrero pasado, habitantes de la localidad incluso realizaron una manifestación afuera del templo católico para defender el templo. A mediados de abril, se celebró una Misa en una carpa levantada a pocos metros de la iglesia, donde los parroquianos se reunieron para recogerse y recordar los momentos pasados allí.
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El Padre Franck Viel, quien celebró la Misa, indicó que quisieron «rememorar a todas las personas que vivieron algo importante en esta iglesia, todos los acontecimientos familiares de la vida, los bautismos, los matrimonios, los entierros». Después de que las campanas se detuvieron, la flecha de la iglesia fue puesta en el suelo por una grúa. La demolición de la edificación continuará durante dos semanas. «Vamos a conservar todos los fundamentos de esta iglesia, un monumento a su alrededor, que tendrá una altura de dos metros sobre el perímetro», aseguró el alcalde de La Baconnière, David Besneux.
«Estamos trabajando con el CAUE, la Oficina de Arquitectura Urbana y Ambiental. Ya tuvimos una reunión pública hace un mes y vamos a conservar toda la fachada que da hacia la entrada de la población, al nivel del pórtico, para hacer algo ameno», afirmó Besneux. Los habitantes reclaman un nuevo lugar de culto dónde colocar nuevamente las campanas y las estaciones del Viacrucis de la iglesia de San Cornelio y San Cipriano, elementos que serán bien conservados por la alcaldía. Una comisión extra-municipal será instalada en otoño para que los habitantes puedan dar sus opiniones.
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