SI COMPRENDIERAS LO QUE CONDUCE A LA PAZ.
Por Mario Ortega.
Lc 19, 41-44. Si comprendieras lo que conduce a la paz. Jueves semana 33 TO
En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo llorando:
-¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero no: está escondido a tus ojos. Llegará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el momento de mi venida.
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Si comprendieras lo que conduce a la paz
En la escena evangélica de hoy, Jesús contempla ―llorando― la ciudad de Jerusalén. Y se lamenta de su dureza de corazón, porque no se abre a la verdad que él predica con su palabra y con sus obras. ¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero no: está escondido a tus ojos, dice Jesús, llorando.
Cuando el Evangelio nos dice así, claramente, que Jesús llora, cualquier comentario nuestro está más bien de sobra. Jesús llora. Su llanto, expresión de su sufrimiento porque no es acogido ni amado, cuando ha venido precisamente a dar su vida por amor, demuestra su infinito deseo de que yo tenga paz. ¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz!. Al menos tú, que me conoces y sabes qué grande es mi misericordia.
Igual que la misma Palabra de Dios dice que sus heridas nos han curado, también las lágrimas de Jesús secan las mías y me conducen a la paz.